El tenista español Rafa Nadal ha dado otro paso en su búsqueda de la octava corona en Roland Garros y este lunes, en el día de su 27 cumpleaños, se ha clasificado para cuartos de final del segundo 'Grand Slam' de la temporada, después superar con más comodidad de la esperada al japonés Kei Nishikori (6-4, 6-1, 6-3) antes de topar con Stanislas Wawrinka o Richard Gasquet.
Se esperaba que el decimotercer cabeza de serie el torneo planteara batalla a Nadal, pero finalmente se convirtió en el más vulnerable de los cuatro adversarios que ha eliminado hasta la fecha. La combinación del mejor partido del español en esta edición de su 'grande' predilecto con la falta de convicción de Nishikori provocó un partido sencillo para el heptacampeón en París.
El nipón empezó mostrando maneras con su revés y procurándose dos bolas de 'break' en el cuarto juego, pero Nadal, muy fresco de piernas todo el partido, se sobrepuso y rompió el saque de su adversario en el quinto. Durante las dos horas que duró el choque, Nishikori, progresivamente desesperado, ya no volvió a inquietar seriamente al número cuatro del mundo.
En un día marcado por el fuerte viento sobre la pista Philippe Chatrier, el balear se adaptó a la perfección a las condiciones ambientales para dominar a su antojo hasta agrandar a 56-1 su racha histórica sobre la tierra batida francesa. Al otro lado de la pista, el japonés sufría, especialmente en un segundo set donde solo sumó dos golpes ganadores por doce errores no forzados.
Nishikori, derrotado en sus cuatro duelos precedentes contra Nadal -ninguno sobre tierra batida-, sufrió un calvario con tres 'breaks' sufridos en esta segunda manga y en la inercia se mantuvo en la tercera. Con 5-3 y saque de Nadal, el asiático se jugó varios tiros hasta tener bola de rotura, pero el manacorí volvió a mostrarse intratable en el momento decisivo.
De esta forma, se regaló un cómodo triunfo el día de su cumpleaños y la grada francesa tuvo el bonito detalle de cantarle el 'Happy Birthday' a viva voz. La organización se sumó a la celebración con una tarta enorme que llevó hasta el centro de la pista, para rubor de un Nadal que afronta ahora la fase decisiva del torneo en su mejor momento.