Decisión esperada y mascullada en el consejo de administración del Betis desde incluso antes de que el pasado miércoles, el ya expresidente verdiblanco, Juan Carlos Ollero, anunciara su decisión de dimitir de forma irrevocable en el cargo, que a partir de este mismo jueves, ostenta ya Ángel Haro.
Ambos no han ocultado sus discrepancias en ciertas decisiones de peso pero sobre todo, en la forma de llevar la entidad en sus diversas vertientes; principalmente, en lo que al área deportiva se refiere.
Y es por ello, que Ollero ha dejado paso a Haro de manera natural, al margen del hastío y las críticas, tanto del entorno, como desde las entrañas del club.
Es lo que tocaba y además, es lo que de alguna manera le obligaba su propia posición como uno de los principales accionistas de la institución verdiblanca.
Ante los medios y acompañado en la sala de prensa del Benito Villamarín de José Miguel López Catalán, quien seguirá ejerciendo su función en la vicepresidencia, manifestaba lo siguiente al ser preguntado por su ascenso en el club: "Nos hemos dado cuenta de que hace falta firmeza y autoridad para que se lleve a cabo la revolución que necesita el club”, declaró.
Ya en clave futbolística, expresó su confianza en el trabajo de Juan Merino como técnico del primer equipo y no tanto el de Eduardo Macià al frente de la dirección deportiva; admitiendo en otro orden de cosas, contactos con Juande Ramos: “Si el domingo el Betis pierde Juan Merino seguirá siendo el entrenador. Nos pusimos en contacto con Juande pero no hubo negociación. A Macià lo iremos evaluando y analizando” dijo.
Minutos más tarde, la web del club verdiblanco hacía oficial la llegada de Leandro Damiao como cedido hasta junio, con posibilidad de ampliar su contrato hasta 2017.