Rafael Nadal resolvió con buena nota su retorno a la competición y ganó con autoridad al argentino Federico Delbonis (6-2 y 6-1) para alcanzar el segundo tramo de los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde se encontrará con el italiano Andreas Seppi.
Las dudas sobre el estado del campeón olímpico en Pekín 2008 duraron cuatro juegos. Lo que tardó el balear en tomar confianza, en asentarse ante las incomodidades meteorológicas y en derribar las expectativas de su rival.
Nadal, fuera de la escena competitiva desde que el pasado 27 de agosto anunciara su adiós a Roland Garros por una lesión en la muñeca izquierda, inició el choque cauto, dubitativo. Expectante ante la respuesta de la articulación. Antes de tener el motor caliente y la confianza de su lado, el número 5 del mundo cometió varios errores no forzados que prolongaron la igualdad en el marcador.
El equilibrio duró cuatro juegos. Hasta el 2-2. Después, Nadal dio un paso más en su puesta a punto y se anotó cinco juegos seguidos para cerrar el primer set y comenzar con ventaja el segundo.
Delbonis, que siempre ha perdido contra Nadal, las dos veces en partidos sobre tierra, decayó progresivamente hasta dimitir de un partido que comenzó con dos horas de retraso por el fuerte viento y que estuvo permanentemente amenazado por la posibilidad de lluvia.
Le vino bien a Nadal echar el cierre a su compromiso individual con premura y sin presiones innecesarias. El balear, jaleado por un público que le admira, aún tiene pendiente una nueva aparición en la pista. Su irrupción en el torneo de dobles, prevista para dentro de unas horas, en compañía de Marc López.