Algunos equipos, con amplios beneficios en su currículum, se acogen al plan del Gobierno para que sea éste el que pague los salarios de sus empleados
Mientras la Premier League pide a los clubes rebajas de sueldo, dona dinero a la sanidad británica e inyecta capital a las ligas menores, algunos equipos, con amplios beneficios en su currículum, se acogen al plan del Gobierno para que sea éste el que pague los salarios de sus empleados.
El fútbol inglés lleva ya casi un mes parado. El último encuentro que se vio en Inglaterra fue el que midió al Liverpool y al Atlético de Madrid en la Liga de Campeones. Parece que fue hace una eternidad, pero ni un mes se cumple de aquello.
El parón ha suscitado grandes dudas en la liga por el impacto económico que tendrá en todos los clubes que no se pueda reanudar el campeonato a corto o medio plazo. Los ingresos por derechos televisivos, por venta de entradas, patrocinios, merchandising, están en peligro y la liga ha buscado respuestas para ello.
Ha pedido a los clubes que los jugadores se reduzcan el sueldo en un 30 %, ha donado 20 millones de libras a la sanidad británica y ha inyectado 125 millones a las categorías inferiores del fútbol inglés para asegurar sus supervivencia.
La buena fe de la liga, sin embargo, no ha sido correspondida por los clubes, al menos no por todos ellos.
Uno de los casos más sangrantes ha sido el del Liverpool, el vigente campeón de Europa. Los 'Reds' se han acogido a los ERTE del Gobierno, por lo que sus empleados no jugadores cobrarán el 80 % de su sueldo del estado, mientras que el otro 20 % lo seguirá pagando el club.
La decisión ha sido muy criticada por ser un equipo que en 2019 movió más de 500 millones de facturación y 42 millones de libras de beneficios.
Pero el Liverpool no ha sido el único en acogerse a estas medidas del estado. El Newcastle United, con su dueño Mike Ashley a la cabeza, fue el primero de los clubes que anunció que sería parte del plan del Gobierno. Lo hizo además después de que Ashley, dueño de la cadena de tiendas de deportes Sports Direct, proclamase que intentaría que sus negocios siguieran abiertos porque los consideraba "esenciales".
Al Newcastle le siguió el Tottenham Hotspur, quien en una carta firmada por su dueño, Daniel Levy, anunció que 550 de sus empleados se acogerían a los ERTE del Gobierno británico.
Sería el dinero de los contribuyentes el que mantuviese el salario de los empleados de un club que el año pasado facturó 460 millones de libras, ingresó 108 por ser subcampeón de la Liga de Campeones y tuvo unos beneficios netos cercanos a los 70 millones de libras.
Pero no todo han sido acciones moralmente cuestionables en el campeonato inglés. Uno de los primeros equipos en saber de la gravedad de la situación y actuar en consecuencia fue el Leeds United. El club del argentino Marcelo Bielsa anunció que sus jugadores y entrenadores se recortarían el sueldo voluntariamente para atajar estos complicados momentos.
También ha sabido reaccionar el Manchester City. Los de Pep Guardiola no recortarán los salarios de sus empleados no jugadores durante la crisis originada por el coronavirus ni se ayudarán del Gobierno para pagarles sus salarios.