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El jardín de Bomarzo

El cambio real

El PSOE paga el haber vivido en medio de la nada, que es a donde ha llegado desde su negación de la crisis

Que Rubalcaba no puede ser el referente del PSOE nacional y que éste necesita mover su discurso hacia la izquierda, rejuvenecerlo a través de las nuevas generaciones y adaptarlo a la verdad y no a decir lo que muchos oídos quieren oír son obviedades para las que no eran necesarias las debacles de Galicia y País Vasco, a las que se sumará la de Cataluña. El PSOE paga el haber vivido en medio de la nada, que es a donde ha llegado desde su negación de la crisis hasta este discurso de hoy basado en ser federalista donde procede, nacionalista cuando vende, muy de izquierdas si oportuno es o moderado cuando pintan bastos. Y eso, hoy, no cuela y cada día le aleja más para ser alternativa real de voto en favor, primero, de Izquierda Unida, que sin mancharse chupa de la herida que emana de su compañero de orilla, y, segundo, del nacionalismo más o menos radical, que poco importa donde se ubique ideológicamente pero que aglutina el voto que entiende a Europa como suma de regiones y que, por ello, da recorrido en urnas a formaciones regionalistas. Y el PP supedita la punta de sus ciclos a las crisis económicas, porque su modelo político es, sobre todo, de gestión económica, pero cuando el temporal financiero pasa la mayoría silenciosa vuelve a abrazarse al modelo social, que es más cómodo pero cuyo discurso hoy no tiene hueco porque no me hables de educación o dependencia cuando yo peinso en el bocadillo de mi hijo. Pero cuando el bocadillo deja de ser el problema, el PP pierde lo que, no lo olvide, prestado tiene porque, entre otras cosas, comunica peor. La política supeditada a ciclos económicos, pero la cuestión es saber si el actual requiere de un cambio real porque lo que venga no será parecido a lo que se fue. ¿Y qué será? Consternado estoy desde que Clark Kent, Supermán, se ha hecho autónomo, ha dejado el Daily Planet para montarse un blog e, imagino, se abrirá cuenta en twitter. Divago y le agrego a mi cuenta y se me aloja entre Loaiza y Cospedall, Supermán digo, y Sanz, campeón, celoso por estar lejos del trío. Qué locura.

El modelo productivo. Convencer al personal de que hay que elevar los niveles de producción y a menor coste no va a resultar tarea fácil, pero es vital. Y no se me enciendan, que ya sé que generalizar es injusto. Tanto como que mi hija de siete años no haya podido ir esta semana a su cole público, me dice, porque el suyo estaba “sucio” ya que las empleadas de la limpieza no cobran su salario, y todo a pesar de que yo trabajo y pago más impuestos que nunca. Injusto. Si pago más impuestos que nunca y recibo peores servicios que nunca, ¿dónde va mi dinero? No sé, de entrada, se me ocurre, sin ofender, que si la administración paga desempleo a muchas personas por estar en casa, y no lo censuro, y no puede pagar a limpiadoras para adecentar una clase pública, tal vez pudiera existir algún tipo de arreglo. No sé. Si a ti no te puedo pagar por trabajar y a ti sí por no hacerlo, a ver, pienso, ¿se podría hacer algo? Pero como aún no hay mentalidad de cambio real se opta por lo fácil que es, por desgracia, que los niños se queden en su casa.
La única solución, y no le den más vueltas porque otra no hay, pasa por activar el modelo productivo general, empezando por el primer político del país y terminando por el último barrendero que, igual que el político, debe asumir ganar menos barriendo dos calles más. Y, como él, todos, pero con orden y criterio y eso se echa en falta. Orden y criterio. El cambio real, insisto, solo es posible partiendo de que todo hay que planteárselo de nuevo, y me da igual que pase o no la crisis, que el modelo social está bien siempre que sea consecuencia de otro productivo, que la administración pública la pagamos todos y su único objeto es prestar servicio y no empleo en masa, que la justicia es igual para todos y que si un alcalde, o cualquier cargo público, provoca una quiebra municipal debe ser inhabilitado de por vida y tener las consecuencias penales que todo hijo de vecino y no, como ahora, ser premiado con una salida laboral digna, y que el futuro es de los jóvenes, la generación mejor formada de la historia nacional y que necesita impulso financiero para crecer.
Que no es necesario trabajar quince horas diarias, pero sí producir adecuadamente las ocho que te toquen. Todos. Que el Estado somos todos y como tales tenemos la obligación de generar oportunidades, no de patrocinar vicios. Y que, en definitiva, si mi hija no puede ir a su cole el sistema sea capaz, como un radar de carretera, de cazar al responsable, que alguien supongo debe ser, y le mande a su casa, con el correspondiente desempleo y tal vez hasta le proponga cubrir esas horas pagadas limpiando aulas, que es una labor tan digna y tan necesaria para la comunidad, que es una gran palabra, como la del propio maestro porque sin ella, por lo visto, no hay educación. Opino.

Clark Kent. Supermán ha dejado el Planet porque el nuevo accionariado ha decidido cambiar la línea editorial, vaya. No ha sido por un ERE ni ha optado por firmar Redacción como medida de protesta. Como él vuela, no teme caerse, imagino.

Breves. Si mi crónica de hoy fuese un periódico, hecho análisis político, editorial y viñeta, ataco información en capítulo breves porque la maqueta no me deja más hueco. El papel está caro. Minutos después de que Cospedal elevara a lo público en Málaga su odio y la muerte de Arenas en Andalucía, medios diversos cuestionaban la falta de liderazgo de Zoido, nada nuevo, que anuncia disuelve Onda Giralda, su tele, pero que como copie el modelo de su amiga García Pelayo en Jerez igual termina contratando a veinte más –el administrador concursal está encantado, cobra una pasta al mes y el tiempo pasa.
El PP barrunta sonora bronca. Sanz y Loaiza se vigilan en Cádiz, son amigos pero menos, aunque el objetivo es Irene García, que sigue entretenida en la selva socialista gaditana cobrando piezas. Román, José María, dicen casi todos, “se ha vuelto loco” poniendo recursos contra el cambio de portavoz en Diputación y contratando abogados, es lo que le queda para frenar lo ineludible porque por votos, parece, no lo logra. Se resolverá en breve. Esta semana habrá muchas reuniones, muchas, para acordar y pactar cosas.
El PA se ha cansado de negociar con el PP y le ofrece la Mancomunidad del Campo al PSOE a cambio de paz en Los Barrios, una cabeza, y estabilidad en La Línea y San Roque –a Ruiz Boix le rodean-. El PP de Sanz ofrece diálogo a García y, al tiempo, le ataca vía Mestre con el secretario general de Rota, Javier Ruiz, por haber sido “enchufado”, dicen, como jefe de Planeamiento en la GMU de Sanlúcar. La Junta se mueve. Griñán, cómodo con Zoido, mira hacia Madrid porque la referencia nacional está desierta y el entorno le mira a él. ¿Te irías? ¿Sucesión?

Un libro. Y para cerrar este mi pequeño periódico de hoy, un libro, como casi siempre. Lean a Javier Marías. Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí o, el último, Los enamoramientos. Maravilloso. Y más tras renunciar a un premio para no cobrarle al Estado por escribir. Hay esperanza.

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