Lo primero que hizo Susana Díaz al finalizar el congreso de Granada donde Griñán le cedió el testigo del liderazgo andaluz fue marchar directa, ante el aplauso de todo el cónclave, hacia Mario Jiménez, hasta ese momento vicesecretario general, para ante todos fundirse con él en un largo, afectivo, rotundo y cercano abrazo con besote incluido, muy tipo del oso y que se reconoce en que es tan fuerte que “sofoca y desmaya” y durante el cual, intuyo, quien ha ganado piensa sonriente un algo así como “estás muerto, querido mío…”, mientras quien pierde imagina un “lo sé, lo sé…”, al tiempo que ríe aún más. Política.
Ese mismo abrazo se ha dado en diferentes escenarios este domingo tarde tras la celebración de primarias en Cádiz, sobre todo en Jerez donde todo transcurrió según lo previsto y Mamen Sánchez, candidata oficialista del aparato, logró una victoria exigua por solo 33 votos ante un desconocido José Carlos Ramos y que en tan poco tiempo ha logrado parte del apoyo de las bases, buena parte del entorno de Miriam Alconchel e, incluso, de la facción provincial que soterradamente pulsa el poder provincial, que ha animado a más de una candidatura alternativa y que en principio empujó a Alconchel a presentarse hasta que Díaz gritó basta: de ahí nació el candidato de las bases, Ramos, que se ha quedado muy cerca de liderar el PSOE de Jerez.
El resultado de Jerez le viene de perlas, sobre todo, al PP, que prefería a Sánchez antes que a un rostro nuevo y que lo lograra por un resultado exiguo que fortaleciera la sensación de liderazgo débil y división interna; todo ello se ha dado, habrá que ver ahora el debate interno en torno a las listas y la pugna que se vivirá dentro por el control orgánico del partido, todo pese a que de caras a la galería se vendan ideas de remar juntos contra el adversario político.
La otra gran batalla está en torno al control político de la provincia y se da y se dará durante los próximos meses ante el inicio de ciclo electoral, del cual deben delimitarse candidaturas, listas y, con ellas, intenciones políticas que casar con cargos. En el proceso de primarias recién acabado ya se ha visto la división sutil de los dos bandos que hoy cohabitan en este PSOE de Cádiz y sobre los cuales se sitúa una Susana Díaz que conoce a la perfección el escenario, que no pone remedio y que, añado, no lo hace seguramente porque en el divides gana ella, debe ser. Un bando tiene más poder institucional que otro y lo usa para financiar determinas situaciones aquí o allá y con ellas lograr cosas aquí o allá, mientras otro no termina de poner sobre el tapete el poder del cargo y dar ese puñetazo que muchos demandan y que, quizás, no se produce por la desconfianza de obtener trianero respaldo. Debe ser eso.
En todo caso, iniciando así la semana con un aprendizaje inútil, cuando tras una votación política el ganador y oponente se dirija a usted y públicamente le abrace y/o le bese, no dude que a la vez está siendo íntimamente violentado por donde seguramente no quisiera.