“Y a los Reyes les he escribío, una cartita pidiendo, una cartita pidiendo lunares pa mi vestío... Y hay los Reyes porqué vendrán, y hay los Reyes porqué vendrán en esos burros tan grandes, con las orejas cortás...”. Bulería de los Reyes Magos.
Hallado hueco entre
Micaela y el
Curita porque así de flamenca y brillante
Canta mi tierra en Navidad, me pongo, un año más, a la ardua y ya tradicional tarea de escribiros, queridos, amados y no del todo bien ponderados Reyes, Magos de Oriente. Tal vez negro carbón sea lo que en no pocos casos penséis merezcan para quienes tengo el honor de, humilde, pedir, pero advierto que con el negro material más de uno organizaría una barbacoa de impresión, chorizos, butifarras y mucho cabrito asado, todo ello regado con rico vino de la Ribera del Guadalquivir, mismo, ante lo cual mejor hagan oído y evitemos tumultos que la cosa no está para alentar congregaciones políticas. Por tanto, introducido, suplico atención a la misiva y que ésta, de ser posible, sea atendida con interés y prestancia por vuestras reales majestades.
Pido, cómo no, para Susana Díaz, la madre de dragones, un manto nuevo para que cual Blanca Paloma cubra a tanto necesitado de su magnánima protección, más un diario nuevo de
Hello Kitty donde anotar inquinas contra Sánchez, Pedro, para quien solicito un escudo de acero inoxidable y un GPS nuevo que le trace todos los caminos posibles hacia Andalucía. Para Mariano, el lento, ideas nítidas de jubilación y apetito intenso de consumir horas leyendo clásicos, para su chico en Andalucía, Juanma, un pijama nuevo de fantasía, de esos de franela con la cara de Micky Mouse, para que haga calentito la siesta; a Maíllo, Antonio, paciencia para terminar lo suyo con Susana y la edición nueva de Bomarzo, de Mújica Láinez, y para Antonio Jesús Ruiz un, al menos, parlamentario por Cádiz y una frase, una idea, que ilusione y su partido regrese a las instituciones. A Valderas, un dominó para echar las tardes en Bollullos ya que pronto las tendrá muy libres; pediría un diccionario para Pablo Iglesias, el de Podéis -al decir Podemos me siento incluido, y yo paso-.
Solicito, humildemente, que metadatos sitúen el momento exacto para que Pelayo, María José, se trace el rímel sin arañarse el ojo y, para ella también, un fular que mezcle el verde y el blanco; para Landaluce, un Rolex nuevo, peluco bueno, con bisel verde cerámico para que combine perfecto con una de las muchas corbatas del mismo tono que su extenso fondo de armario guarda, y para Teo, ganas de continuar y tino eligiendo a su número dos en la lista; para Antonio Sanz, al margen de que camine este año con soltura y fruto de lo cual en mayo taconee sonoro en feria con el
mírala cara a cara, hilo fino rematando listas como en La Línea, Rota, El Puerto y para Loaiza, Pepe, una guía de cocina internacional, la receta buena de garbanzos con cola de toro típica de
Los Tarantos y un espejo retrovisor para que no pierda ángulo de visión; para Irene García, tacones rojos con plataforma, un par, y un pañuelo de seda de cachemira a juego para, así, toda guapa, pasear por la provincia en busca de los porcentajes que le faltan para sentarse en donde lo de Pepe, que entre los de enfrente y los suyos tiene tarea, para Víctor Mora e Inma Muñoz, un sonajero musical con el himno de la manzanilla y para Monipeni champagne francés, mucho, y otra guía de cocina pero en blanco para que la escriba ella, que sabe más que los de las guías, para Eva Corrales quisiera remedio para que Crohn y otros no la alteren más el intestino, que la salud contagie Rota, mi otro pueblo, tengo varios, y le llegue a la Charo de Loren; para Juan Antonio quisiera crecepelo eficaz, albariño frío, pastillas para el lumbago y que no le falte hueco... Para Antonio Peña, maquillaje que difumine la sombra de la imputación cuando sale en la tele de Ruiz Berdejo, quien tiene más de 8 motivos para estar enfadado y maldita la hora, opina, que se apartó del Sol; para Antonio Saldaña solicito un cronómetro digital chulo de esos que miden bien los tiempos y un marco de plata donde situar su foto junto a su jefa y mandársela a color dedicada a Mámen Sánchez felicitándole las fiestas, para quien pido otro marco similar donde situar una imagen suya entre Miriam Alconchel y Luis Flor haciendo la V de victoria y poniendo caras...
Para López Gil, Fer, ay Fer, ¿qué pido para ti? No sé, no sé... ¿Un poco de ron dulcecito quizás? ¿Tal vez hueco aquí o allá y tú ya...? ¿Quizás recuperar el mote que tenías de jovenzuelo cuando te llamaban nada menos que el coletas? ¿O igual con eso te confunden con el chico del Podéis...? Ya sé, lo tengo, una corbata rosa palo para que descanse esa azul oscura que tanto te gusta (...já). Para Chiqui, bolas nuevas y una raqueta de pádel mágica de esas que por el sitio justo las mete todas... Para Alfonso Candón, un tutorial completo de Youtube sobre cómo hablar en público y que sea con acento mexicano y, ya en ello, sombrero y el CD con las mejores rancheras de Vicente Fernández, para Ernesto Marín,
Gabriela en rama y seis vasos de manzanilla tipo gorrión con el anagrama de Muñecas Marín –pedazo regalo-. Quisiera para Jorge Romero una botella de Ribera del Duero que se llame Romero, queso de cabrales fuerte que maride y tiempo para que deguste con sosiego y, cómo no, para Ruiz, el gran Boix, el enorme, unas cartucheras nuevas y pistolas con el puño de nácar porque ya sé que le llamaban sheriff de chico y sigue siendo uno de los más rápidos a este lado de Sotogrande; para Sánchez, Alejandro, las rimas de Becquer en edición bolsillo para que le ayude a contestar raudo desde su ministerio a quien le proponga reto... Para Pedro Pacheco y Pilar Sánchez, justicia.
Quiero, continúo, reconocimiento para el ejercito de hombres de confianza que le hacen cada día su vida más fácil a esos jefes ingratos y que no salen en la foto y que solo son vistos cuando algo sale mal y no es justo, guiño a todos los que saben que están ahí y a los que propongo sindicarse o, por lo menos, crear un grupito en
whatsapp. Para mis chicas estupendas, casi niñas, que me regalan cosas, orejas, historias, la grabación remasterizada del
Te estoy amando locamente... de Las Grecas y tres pantalones con enormes campanas (...já). Como tengo varios hermanos, ellos saben quiénes, cosas buenas para todos: que uno pierda los quince kilos que debe, que el otro arrime pronto el palo cortado, ¿en?, que el mío rompa audímetros los martes noche en Canal Sur y que el de a diario no retome malos humos y cuide la rodilla él sabe dónde.
Y para mí, no sé. Quizás este año, pensándolo, me decante por una liposucción para soltar esos escasos doscientos gramos de grasa corporal que me sobran en este cuerpo mío español que es pura fibra y músculo y, por añadir otra cosa, que este ímpetu sexual tremendo habitual no vaya a más. También, quizás, unas pastillitas porque a veces noto cierta propensión a la exageración y, de ella, tendencia a distorsionar la realidad. Poca cosa, nada grave... Salud y trabajo para todo el mundo, en especial para quienes insisten en posar ojuelos sobre este jardín cada semana y para ellos alzaré cristal fino con caro, chulo yo, espumoso a modo de solemne brindis. Una cosa más, que de regreso a Oriente os llevéis esa tendencia tan nacional de culpar de lo malo a los demás y nunca mirarse al espejo. Nada más. Feliz 2015.
Pd. Para vosotros es la copita de oloroso que está sobre la mesa de la entrada y, advierto, más vale que no coja al que todos los años se empina el palo cortado y se come el papoyo. Qué gente, ni de la familia real se puede uno fiar...
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