El viernes negro que esta España americanizada celebra viene a representar cada año más el inicio de la Navidad comercial, esa que en gran parte a todos seduce porque lanzarse como fieras con las tarjetas de crédito entre los dientes y con la justificación de las fiestas inminentes es deporte nacional. El término de viernes negro, último de noviembre, es denominado así por la policía estadounidense ante el denso tráfico que se produce en dicha fecha y en todo el país al ser el día siguiente a acción de gracias y, por añadidura, primero oficial de compras navideñas, ante lo cual todo americano que se precie se ha desplazado a su lugar de origen a comer pavo y los comercios lanzan grandes ofertas para captar ese movimiento pre navideño. Aquí empieza a ser parecido, pero sin pavo. Eso lo dejamos para cuando Papá Noel, también yankee. Particularmente prefiero los Tosantos a Halloween, por supuesto que los Reyes Mayos, el Belén al árbol, que la Navidad sea cuando toca y que las zambombas se celebren en diciembre y acaben el 24, no antes ni después, y que si celebremos este black friday al menos le llamemos viernes negro, un día más en la vida.
PSOE. La entrevista del lunes en Canal Sur, la reunión con Iceta al que hizo venir a Sevilla para a la vieja usanza obligarle a mostrar respeto cual esbirro ante un próximo susanato y, en definitiva, su habitual modus operandi confirman lo que muchos ya sospechaban y es que Susana Díaz tiene la intención de presentarse a la secretaría general en el próximo congreso, que para su gusto debería celebrarse lo más próximo al verano próximo para, de aquí a entonces, aflojar tensiones y debilitar a posibles aspirantes. Lo hará porque siempre lo deseó, porque se ve capacitada para ello, porque algunos la empujan y porque, a estas alturas, no tiene más remedio. Por todo junto. Compatibilizará un tiempo largo el cargo con la presidencia de la Junta para no soltar el poder andaluz, para tener un foco que solo la secretaría general no le daría, para poner un pie allí y tener, de momento, otro aquí hasta medir que el paso no es al vacío; en otras cosas quizás menos, pero manejándose en el plano orgánico brilla. Era no hace mucho concejal de Monteseirín en el ayuntamiento de Sevilla y no precisamente una de las preferidas por él y, de hecho, ¿dónde está Alfredo?, y hoy sueña con residir en Moncloa, que dicho sea de paso es un lugar horrible para vivir y nada comparable con su piso de Triana.
No lo va a tener fácil. Primero porque los partidarios de Sánchez están ahí y se ve en el acuerdo de gobierno alcanzado con el PNV en el País Vasco y porque estos, y otros, se ofuscan mucho ante la idea de que el PSOE de Andalucía exporte modelo a España. No gusta eso. Ni Mario Jiménez lo va a tener igual de fácil negociando situaciones conflictivas orgánicas en Huelva o Granada que en Euskadi. Terruños distintos. Además, las cosas tienen un coste y habrá que ver cuánto vale para el PSOE-A esta apuesta nacional en una comunidad necesitada de dirigentes a tiempo completo.
El reto de unir tanto destrozo es inmenso. De hecho, hoy parecen muchos los reinos de taifas que cohabitan dentro, bajo la misma marca, pero con ideas distintas, con intereses variados. Mientras que el PSOE de Cádiz apoya la modificación a los presupuesto de Podemos, el de Jerez no logra sacar adelante los suyos porque Ganemos, que también termina en mos, se opone por no se sabe muy bien qué. Es como el ejército de Pancho Villa, aquél tan desordenado que pasó a la historia porque cada uno hacía la guerra por su cuenta. Y a eso se enfrenta una Susana Díaz con demasiados detractores dentro, muchos históricos, que no alzan la voz pero que en privado apuntan a que el liderazgo nacional está más para una tercera vía.
Barberá. No sé decir si era o no culpable, pero alguien alguna vez deberá tomar conciencia contra un sistema judicial muy mejorable. Lento e ineficaz, condena a personas a años de insomnio y penas de banquillo o telediario para luego, en muchos casos, absolverlas una vez sus vidas destrozadas. ¿Quién paga esa factura? Señalar de golfo a alguien ante toda España y luego no serlo debería tener coste; ¿quién repone el honor perdido? Si un fiscal te acusa de manera desmedida porque esa mañana se levantó de mala uva por la razón que fuere o, sencillamente, porque no le gusta tu cara y luego su acusación no tiene fundamento, ¿no debería tener alguna responsabilidad? Si se señala a alguien por, ejemplo, puta y se airea públicamente y resulta que no lo es, ¿qué? No es justo y ante eso deberíamos pensar lo que significa, lo que debe pesar estar acusado, imputado, investigado, señalado en definitiva como culpable con amenaza de cárcel o de inhabilitación o de lo que sea durante años sin haber cometido delito alguno y todo porque alguien en un juzgado no está haciendo bien su trabajo. Indefensión extrema.
PP Cádiz. Si del congreso de febrero nace una nueva secretaría general, del posterior en Andalucía puede también resolverse con cambios sintomáticos. En Cádiz, Antonio Sanz, delegado del gobierno y presidente provincial, se ha parapetado aumentando personas a su ejecutiva provincial y de hecho a la presidencia de honor que hasta ahora ostentaba Pepe Loaiza, con quien mantiene un cordial distanciamiento, une a Teófila, Pelayo y Landaluce, al tiempo que suma otros cuatro vicesecretarios a un cargo que antes tenía solo Ana Mestre. Quizás esperaba otro papel en el reparto nacional y no tanto protagonismo a un Zoido que se ha rodeado de su gente en Interior. Otros cambios podrían producirse en Zona Franca, de donde saldrá Jorge Ramos, y Subdelegación del Gobierno, de donde también podría salir Javier de Torre si se cuadra una sustitución posible nada fácil para un puesto al que se accede siendo funcionario. Loaiza sí, más con ese rictus militar que le persigue, pero no parece que la idea cuaje.
En una muy reciente visita de Antonio Sanz a la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira se topó con la mirada triste, fija, de una de las presas. Entre un grupo, una de ellas. No la reconoció hasta que ésta se le acercó para mostrarse y repetirle lo que a todos dice y es que está allí sin haberse llevado nada, y es por haber pagado una nómina municipal con dinero con objetivo final por la presión que como alcaldesa recibía. Lo cual no la exime de culpa, pero el castigo es excesivo. Muy excesivo. La vida tiene estas cosas y seguro que a ninguno de los dos jamás se les pasó por la cabeza que un día en la vida se encontrarían en semejante encrucijada entre paredes de un presidio. Un día en la vida eres, otro dejas de serlo; es entonces cuando se dimensionan los errores, lo que es importante y, sobre todo, lo que no.
Bomarzo