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Las salinas reivindican su valor ecológico en 7.200 hectáreas

Las salinas también están sufriendo los efectos del cambio climático, con lluvias que provocan la total inundación de las instalaciones

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  • Las salinas. -

Las salinas marinas en España abarcan más de 7.200 hectáreas ubicadas en espacios naturales atlánticos y mediterráneos, con una producción aproximada de 1.300.000 toneladas anuales de sal, lo que represente el 40 % en Europa, y albergan en sus espacios más de 230 especies de flora y fauna.

"La sal es el único mineral que se come", explica el presidente de la Asociación Salimar, Gonzalo Díaz Caicoya, quien reivindica que las salinas españolas "sean puestas en valor y se reconozca su labor como generadores de ecosistemas y baluartes de la biodiversidad".

La reivindicación "coincide con la celebración este domingo del Día Europeo de Parques Naturales", señala Díaz Caicoya en entrevista a Efe.

En Europa se producen "aproximadamente 60 millones de toneladas de sales de todos los tipos, es decir, las salinas, las de mina y las vacuum".

Las sales vacuum se obtienen "en calderas enormes con consumo intensivo de energía", según Díaz Caicoya, "mientras las de mina funcionan igual que las extracciones de carbón, pero para obtener sal, con explosivos o disolviéndola para sacarla fuera".

Los dos "son métodos agresivos" con el medio ambiente, por ello desde la Asociación reivindican el "valor ecológico" de sus explotaciones, a las que "se quieren apuntar también las otras", asegura.

De los 60 millones, solo tres se logran en las salinas, lo que representa un 5 % del total, en un sector minoritario con explotaciones en Francia, Italia, España y Grecia.

De esos 3 millones de sal marina, "en España se producen anualmente entre 1.250.000 o 1.300.000 de toneladas, aproximadamente el 40 %, lo que representa un impacto muy grande y estratégico en la producción europea".

Sin embargo, lamenta que se han visto "desatendidos en Bruselas" en sus reivindicaciones, por lo que "era necesario una voz potente que aglutinara los intereses de este tipo de sales y explotaciones marinas" y ello llevó a la constitución de la Asociación Española de Productores de Sal Marina (Salimar).

Las salinas españolas trabajan "una producción y unas cosechas de forma secular en espacios naturales mediterráneos como las baleares Es Trenc (Mallorca), Ibiza, Formentera; Punta de la Banya (Tarragona), Santa Pola (Alicante) y San Pedro del Pinatar (Murcia)".

Y en espacios atlánticos, como Puerto Real, San Fernando o El Puerto de Santa María, en la provincia de Cádiz, señalan desde Salimar.

Sin embargo, según Díaz Caicoya, "ante la presión en Europa de los grandes lobbys de producción de sal vacuum y minera desde Salimar vamos a defender la reglamentación de la sal ecológica".

"Estamos participando en la redacción de muchos de los reglamentos en Europa", porque la sal se utiliza además de en la alimentación, "para el tratamiento de aguas, para la producción de cloro, la fabricación de vidrio, y otras industrias, así como para el deshielo en las carreteras en invierno".

Explica que las salinas también están sufriendo los efectos del cambio climático, con lluvias que provocan la total inundación de las instalaciones.

"Pero tenemos que ir adaptándonos a ellas, porque está en nuestro genoma lidiar con la climatología, ha sido así siempre", y para afrontar esas situaciones "se ponen las medidas correctoras que se puedan porque al igual que hay años más lluviosos hay otros más secos".

"Todo productor sabe que hay que ser prudente y guardar los años buenos para afrontar los menos buenos, la climatología es un riesgo al que hay que adaptarse", sostiene.

Pero hay otro "riesgo sistémico" que le preocupa más, dice el presidente de Salimar, que es la "injerencia de las administraciones públicas" en unas explotaciones familiares desde hace cientos de años, que se han hecho "cada vez más restrictivas con la declaración de los parques naturales".

En los últimos años, "la Dirección General de Costas ha incautado una tras otra las explotaciones salineras independientemente de donde estén, inundables o no, a cambio de permisos de explotación. Por ello, la Ley de Costas debe ser revisada", asevera Díaz Caicoya.

"No hablamos de excepciones, pero creemos que es necesario revisar la Ley de Costas, porque hay que analizar hasta qué punto estas explotaciones preservan estas zonas del boom inmobiliario en el litoral", defiende. 

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