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El Dedo

¿De qué se ríen?

Una imagen vergonzosa que no puede servir de ejemplo cuando se le exige a las salas de fiestas a los cines y a los teatros un aforo máximo del 50%

Publicado: 31/07/2020 ·
10:50
· Actualizado: 31/07/2020 · 10:51
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  • Pedro Sánchez. -
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El Dedócrata no ha sido elegido a dedo. Es una opinión cualificada y rigurosa de la actualidad portuense

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El Dedo siempre apunta a los temas más candentes de la ciudad para no dejar títere con cabeza

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El pasado miércoles el Congreso de los Diputado presentaba una imagen como hace mucho tiempo no veíamos. El presidente del Gobierno ufanaba de haber conseguido de la Unión Europea 140.000 millones de euros para hacer frente los estragos del Covid. Una manifestación vehemente de alegría anunciando el descomunal rescate comparable a la llegada de Armstrong a la Luna.

Parecía un pavo real con el pecho inflado jactándose de haberle ganado el pulso a esos infames del norte que pretendían ponerle orden a los desajustes de la economía española, lo que no dijo es que quién realmente había doblegado a esos pequeños miembros de la comunidad fue Merkel, que como siempre supo convencerles.

Al terminar su discurso los aplausos atronadores llenaron el hemiciclo durante un minuto de parte de la bancada socialista y su socio, que puesto de pie mascarillado y muy pegaditos unos a otros contraviniendo la norma que sí respetaron el resto de los partidos.

Una imagen vergonzosa que no puede servir de ejemplo cuando se le exige a las salas de fiestas a los cines y a los teatros un aforo máximo del 50%, pero Sánchez quería ser recibido el olor de multitudes por el grandioso logro conseguido, cuando es sabido que si no hubiese sido por la alemana aún estarían discutiendo.

De todas formas el dinero solo saldrán si las reformas se realizan, las inversiones deben ser ciertas y además controladas, aunque pienso que lo más importante en la nos encontramos no hemos derrotado al virus como decía el presidente, no son tiempos de optimismos y aplausos y paseillos.

El repunte esperado para octubre se ha adelantado y aquellos que esperaban disfrutar las vacaciones del mes de agosto están viendo que la epidemia está en cifras parecidas a los primeros días de marzo y todo ello a una relajación colectiva y a una ausencia de políticas sanitarias de Estado y la prueba de ello ha sido la imagen ofrecida el miércoles en el Congreso de los Diputados.

Tenemos que irnos acostumbrando a convivir con el Covid, se ha convertido en una exigencia porque en otro confinamiento como el sufrido llevaría a España a la quiebra. Para adaptarse es necesario una sociedad responsable que sea consciente de la gravedad del problema y unos poderes públicos vigilantes y atentos que no ignoren las advertencias después de la dramática primavera por la que hemos pasado.

El Gobierno y las Comunidades deben actuar al unísono si se han de tomar medidas excepcionales que se negocien y no ocurra como hasta ahora que el Parlamento parece un gallinero con intercambios de reproches y trifulcas.

La vida humana no puede ser tratada con frivolidad y negligencia, más eficacia y menos propaganda para que no suceda como en nuestra Andalucía que hace 20 días anunciaba el reparto de mascarillas gratis en todas las farmacias y está llegando con cuentagotas, así pues le daré un consejo al consejero de Salud de la Junta: “si no tienes dinero para las mas-carillas compre las mas-baratillas”.

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