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En román paladino

Libertad, Libertad

Los partidos que denunciaban la injerencia del Estado en la libertad exigen terminantemente dichas medidas. Incoherencia sobre incoherencia

Publicado: 19/01/2021 ·
09:27
· Actualizado: 19/01/2021 · 09:27
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  • Sevilla, tras decretarse el toque de queda. -
Autor

Rafael Román

Rafael Román es profesor universitario, miembro del PSOE, exconsejero de Cultura y expresidente de la Diputación de Cádiz

En román paladino

El autor aborda en su espacio todos los aspectos de la actualidad política tanto de España, Andalucía y la provincia de Cádiz.

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"¡Libertad, libertad!” gritaban algunos de los diputados de derecha y centroderecha desde sus escaños cuando se ponían a votación las prórrogas de los decretos-leyes del Estado de Alarma en el Congreso.   Pero los gritos duraron varios minutos cuando se aprobó la nueva ley de educación, que también les parecía un ataque a la libertad. La libertad, al parecer, se ha perdido   irremediablemente en España. La salvaguarda de las libertades la tienen  justamente los que han usado -después de haber votado clamorosamente en contra-  las  leyes  que reconocían las libertades  de la separación matrimonial y divorcio, del aborto,  del matrimonio de las personas del mismo sexo,  de igualdad entre hombre y mujer, de la eutanasia…

Aquellos iniciales Estados de Alarma con confinamiento domiciliario eran  muy rígidos, salvo para los servicios esenciales. Vox no apoyó ninguno. El PP  respaldó los primeros, pero pronto miró a la derecha y a la calle Núñez de Balboa y entendió que España se aproximaba a las dictaduras (experimento comunista  según un senador del PP) con la reiteración del confinamiento porque atacaba las libertades individuales. Es clarísimo que las libertades quedan restringidas con las medidas de  los Estados de Alarma, pero es evidente  que se aplican  por motivos estrictamente sanitarios, dada la extensión de la pandemia. El último  de la primera ola fue aprobado agónicamente con los partidos nacionalistas y otorgándole las capacidades a las comunidades autónomas, ante la imposibilidad de aprobarlos  de ninguna otra forma, ya que la derecha se negaba radicalmente a su aprobación.

Ahora distintas comunidades piden confinamientos domiciliarios obligatorios, como aquellos que produjeron la subida  escandalosa del consumo de ansiolíticos  e  insomnios duraderos para una parte importante de la población.  Los partidos que denunciaban la injerencia del Estado en la libertad exigen terminantemente dichas medidas. Incoherencia sobre incoherencia. Se quiere tratar a los ciudadanos como tontos desmemoriados.  Hay otros mecanismos menos estrictos e igualmente efectivos antes de llegar al “arresto domiciliario” como son los cierres perimetrales, las restricciones variables  de movilidad territorial, la suspensión  selectiva de actividades comerciales de distinto tipo, los  toques de queda más amplios o la restricciones al derecho de reunión.

Las medidas, en cualquier caso,  no se pueden adoptar sin el respaldo del Congreso.  Castilla-León ha dado un mal ejemplo actuando por su cuenta en medidas que restringen las libertades, aunque sean necesarias. Es la ley. 

 

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