Habrá que ver si la profunda remodelación ministerial llevada a cabo por el presidente del Gobierno es la jugada maestra que esperaba el PSOE para darle la vuelta a las encuestas. La intención de Pedro Sánchez ha sido retomar la iniciativa política tras afrontar la distensión catalana con el nuevo gobierno de Aragonés, la solución al problema de bloqueo que tenía en Andalucía, dando alas al nuevo liderazgo socialista de Juan Espadas y la celebración de un Comité Federal que no había conocido una reunión presencial durante más de año y medio, por la pandemia que ha impedido la ejecución normal del programa de gobierno.
Pere Aragones no es un nuevo santo español, pero tampoco es el intratable Quim Torra. Se han prodigado las visitas reales y del gobierno a Cataluña y los indultos han tenido un respaldo muy diverso y -pese a la corajina permanente del PP- no ha significado la pretendida deslegitimación ni del gobierno ni del partido socialista, por los apoyos muy trasversales que ha recibido, con la intención de darle una oportunidad al arreglo pacífico, amistoso o, si se prefiere, político a Cataluña. Falta mucho camino. Espadas, en poco tiempo, está iniciando un ciclo novedoso en el aún no repuesto del todo socialismo del sur. Sus primeros pasos son imaginativos y esperanzadores.
Con estas asignaturas aprobadas, la reválida era el cambio de gobierno. Ha sido un terremoto controlado. Salidas muy destacadas e inesperadas y entradas muy pensadas con un cambio de guión, donde ha primado la recuperación económica para hacer frente al desempleo juvenil, a la digitalización de la economía y a la ecología productiva de futuro. ¿Algo más? Sí, la política. El distanciamiento, con altavoces, entre Moncloa y Ferraz ha concluido. El PSOE ha vuelto unido -y volverá aún más, tras el Congreso Federal- pensando en las elecciones de 2023. Se puede desgañitar el PP pidiendo elecciones, que no las habrá si siguen entendiéndose, quizá por conveniencia, los socios de gobierno, más los de la única moción de censura triunfante en el parlamentarismo español. Las botellas de agua de los comités ejecutivos del PP se tendrán que sustituir por tilas. El gobierno no sólo no se descose sino que, a partir de ayer, luce renovado y con impulso. ¿Se desgastará más el gobierno o la oposición? Andreotti habló de ello hace mucho.