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España

El mundo desde un patín

El skate, procedente de Estados Unidos, causa furor entre miles de sevillanos que se deslizan por la ciudad con su tabla

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  • 'Surfeando' por la ciudad -
Dicen los aficionados a moverse sobre una tabla con ruedas por la ciudad, que los problemas se te olvidan cuando estás moviéndote y que lo único que sientes es una gran cantidad de adrenalina. Son jóvenes en la mayoría de los casos y no tienen los pies en el suelo. No porque sean unos descentrados, como han intentado que parezcan, sino porque la frontera entre los sueños y la tierra a veces está sobre una mera tabla con ruedas. Los comienzos del skate en nuestra ciudad fueron difíciles.

Este deporte, que consiste en deslizarse por la urbe sobre un patín, procede de los Estados Unidos, por lo que cuando llegó a España se consideró una moda y nadie tomaba muy en serio a unos cuantos jóvenes que causaban ruido y que provocaban molestias a los vecinos. Mucho tiempo ha tenido que pasar para que el skate se comience a afianzar entre la población y aún hay ciertas reticencias porque se considera una actitividad marginal.

Difíciles comienzos

Uno de los mayores propulsores de este deporte en Sevilla es Jorge Fernández. De hecho, él fue pionero en la práctica del skate en nuestra ciudad. Asegura que empezó en el año 1986 por motivaciones personales. En la actualidad regenta una tienda con todo el material necesario para deslizarse sobre las calles, aunque confiesa que en su época disponer de todo este material era impensable.

“Nos hacíamos nosotros mismos las tablas con los pupitres y teníamos que traer los materiales de Madrid”, afirma.En sus inicios, allá por el año 1986, era una práctica desconocida para las autoridades, por lo que tuvo algunos problemas con la policía. “Siempre teníamos bronca”, admite.

Los pocos recursos que tenían a su alrededor para poder realizar este deporte le llevaron a desarrollar la imaginación hasta límites insospechados. Realizaron sus propias rampas, un elemento imprescindible para la práctica de esta modalidad. Como no había infraestructuras, lo realizaban con tablas de madera que ellos mismos atornillaban. Eran, como es de suponer, bastante inestables pero la realidad es que todos esos momentos, Jorge asegura no cambiarlos por nada en el mundo: “Los mejores ratos que he pasado en mi vida han sido gracias al skate”.

El servicio de limpieza recogía casi cada día las tablas de madera por lo que tenían que repetir el proceso. “Fue duro, pero empezamos a contar con el apoyo de más gente, empezó a hacerse un nombre y logramos finalmente el apoyo de algunas instituciones”, recuerda orgulloso. ¿Y de dónde sale su afición por este deporte de procedencia estadounidense? Jorge explica que cuando era más joven ya surfeaba olas con una tabla. “El surf es la madre de este deporte, pero claro, como en Sevilla no tenemos mar, empecé con el rollo del skate”, recuerda entre risas.

En Plaza de Armas, el skate park más conocido de la ciudad, cada día se reunen decenas de jóvenes que siguen el espíritu creado por Jorge en la década de los 80. Es el caso de Víctor, de 19 años, que lleva desde los 14 practicando este deporte. “Creo que está bastante bien este sitio pero, por favor, que nos pongan fuentes. El calor que hace es excesivo” protesta. Admite que se ha llevado algún que otro rasguño pero muestra con orgullo sus heridas de guerra. Mientras tanto, Víctor seguirá deslizándose a unos cuantos centímetros del suelo sevillano.

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