La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) condena a tres personas que secuestraron tres veces a un hombre en Murcia, a quien exigían el pago de 15.000 euros a cambio de su liberación.
La sentencia estima de forma parcial los recursos interpuestos por los condenados y, en consecuencia, modifica las penas que impuso la Audiencia Provincial de Murcia a cada uno de ellos al apreciar la atenuante de dilaciones indebidas.
De tal forma, según se recoge en la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, ahora pasan de 15 a 11 años de prisión por un delito de secuestro y dos de detención ilegal para dos de ellos -cada uno- y dos años de prisión para la mujer implicada como cómplice de un delito de detención ilegal.
Los hechos se remontan a diciembre de 2008 cuando los dos acusados se dirigieron a bordo de una furgoneta hasta la localidad de Los Alcázares (Murcia) y, tras recoger allí a la víctima, con quien se habían citado previamente, se trasladaron los tres hasta las inmediaciones de una gasolinera de la localidad de Murcia con el fin de reunirse con otras personas.
Una vez en Murcia, al no haber podido satisfacer los procesados su pretensión de contactar con las personas con las que la víctima les había dicho que iban a mantener la reunión, subieron nuevamente a la furgoneta donde anunciaron a ésta que no se podría ir hasta que no recuperaran 15.000 euros que habían gastado.
Para lo que los procesados le exhibieron una navaja y una pistola detonadora que aparentaba tratarse de un arma de fuego. Seguidamente, lo trasladaron hasta un piso en Alicante, donde le encerraron y, en los siguientes días, contactaron con la hermana de la víctima, a la que le pidieron el dinero.
Finalmente, los acusados le dejaron marchar al prometer la víctima que, una vez liberado, harían las gestiones para conseguir el dinero. Varios días después, los acusados, al no haber recibido dinero alguno y tener conocimiento de que el hombre se había trasladado a residir a la localidad de Jumilla (Murcia), se dirigieron a esta localidad.
Una vez allí y tras mantener una conversación con la víctima, los procesados, exhibiéndole una navaja y la pistola detonadora que habían empleado en la ocasión anterior, le obligaron a subirse a la furgoneta y lo trasladaron nuevamente hasta el piso de Alicante, donde lo mantuvieron encerrado varios días, tiempo durante el que únicamente le fue permitido salir en algunas ocasiones, siempre acompañado, consiguiendo liberarse aprovechando la primera ocasión.
Días después los acusados volvieron a dar con él en Jumilla. Tras golpearle repetidas veces, lo introdujeron seguidamente por la fuerza en la furgoneta, le ataron las manos y, como habían hecho las veces anteriores, lo trasladaron hasta la misma vivienda de la localidad de Alicante.
Una vez en la casa, los procesados y una tercera persona, al tiempo que le golpeaban, le exigían que les diera los 15.000 euros que le venía reclamando. En la casa también se encontraba la procesada, que permaneció allí toda la noche consciente de la presencia y situación de la víctima, al que con anterioridad habían introducido maniatado en una habitación cerrada con candado en su parte exterior, según se desprende de la sentencia.
A la mañana siguiente, aprovechando que había conseguido ocultar el teléfono móvil bajo sus ropas, el hombre envió unos mensajes SMS a su hermana informándole de la situación y pidiéndole que diera aviso a la Policía.
A raíz del aviso efectuado, se personaron en la vivienda agentes de la Policía Local quienes consiguieron liberarlo y procedieron a la detención de los tres procesados que se encontraban en la vivienda.