El Consejo de Administración de CaixaBank ha decidido vender su participación accionarial del 9,36 % en la petrolera Repsol, un paquete con valor de mercado superior a los 2.500 millones de euros, y cierra así una larga etapa de 22 años de presencia en la compañía energética.
Esta decisión, anunciada por la entidad bancaria a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), comporta que los consejeros dominicales de CaixaBank en el Consejo de Administración de Repsol, Jordi Gual, presidente de la entidad bancaria, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de dicha entidad, han presentado su renuncia al cargo.
El proceso de salida de CaixaBank se realizará gradualmente mediante varias fases; por una parte, mediante la liquidación anticipada de los dos contratos de permuta de renta variable existentes (equity swap) representativos del 4,61% y, por otra, mediante la venta en el mercado del 4,75% restante.
La operación, según informa CaixaBank, supondrá para este año 2018 una pérdida extraordinaria neta de, aproximadamente, 450 millones de euros en la cuenta de resultados del tercer trimestre, si bien, una vez concluido el proceso de venta, tendrá un impacto prácticamente neutral en la ratio de solvencia Common Equity Tier 1 (CET1) fully loaded.
La entidad bancaria prevé finalizar su posición restante del 4,75% en Repsol antes del cierre del primer trimestre de 2019, de forma que las ventas se limitarán diariamente a un máximo del 15% del volumen negociado en el día.
La salida de Repsol es una operación que se enmarca en los objetivos del Plan Estratégico 2015-2018 de la entidad, entre los que se incluía reducir el peso de la cartera de participadas, que al cierre de 2014 alcanzaba el 16%.
Como consecuencia de distintas operaciones en los últimos tiempos, especialmente las ventas de las participaciones en The Bank of East Asia y Grupo Financiero Inbursa, y la toma de control en BPI, al finalizar el segundo trimestre de 2018, el capital asignado a las participadas se sitúa en torno al 5%.
La posibilidad de que CaixaBank vendiera su paquete en Repsol, donde es su principal accionista a día de hoy, había planeado en los últimos meses dentro de la estrategia del banco de ir desprendiéndose gradualmente de su cartera industrial y de servicios.