Desde los tiempos del ex alcalde Francisco García Ráez -fallecido hace pocos meses- se viene hablando y peleándose desde La Isla para evitar los daños medioambientales que se producen cuando se construyen infraestructuras en la Bahía que por la configuración de la comarca, tienen consecuencias en todos los términos municipales. O mejor dicho, desde los tiempos de García Ráez y hasta los tiempos de García Raéz, porque los demás gobiernos se han tragado todos los proyectos sin abrir la boca, a pesar de que el daño se ha hecho y se seguirá haciendo por no exigirse más controles medioambientales. Ocurrió con el Puente Carranza, con el Puente de Hierro, con el puente del Ferrocarril, con el de la Variante de la N-IV y va a ocurrir con el de la Alta Velocidad y con el del tranvía que se construirá paralelo al Zuazo y al de la N-IV. Cada vez que se pone un obstáculo en los caños, más o menos lejos, se le pone un tapón a las corrientes del Parque Natural. Hasta que se seque.