Aunque las temperaturas de la primavera inviten a salir a disfrutar del sol, algunas personas parecen ignorar que zonas comunes tan codiciadas ahora como las azoteas son también espacios vedados en sus edificios y que su uso está igualmente limitado por las restricciones del estado de alarma.
Frente a propietarios e inquilinos que encuentran en la cubierta de sus inmuebles el sitio de su recreo, desahogo o esparcimiento, por residir en pisos poco luminosos, sin balcón propio, o quizá por sentirse ya muy hartos de permanecer siempre bajo techo, los cuerpos y fuerzas de seguridad así como los administradores de comunidades son tajantes: su uso está ahora limitado, por no decir prohibido.
Fuentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil consultadas por Efe coinciden al advertir que con las azoteas ocurre igual que con cualquier otra zona común dentro de una comunidad de vecinos, caso de recintos cerrados, jardines, áreas habilitadas para barbacoa, piscinas o pistas deportivas.
En estos espacios, incluso si se registra un acceso restringido de personas y aunque no estén juntas al mismo tiempo, existe también riesgo de propagación y contagio del virus, que es precisamente lo que trata de evitar la declaración del estado de alarma al limitar salidas a la calle y promover medidas de distanciamiento social.
Las azoteas de uso comunitario cuentan con una excepción, en la que sí está permitido utilizarlas: tender la ropa si así lo había autorizado con anterioridad a la situación de alarma actual la comunidad de propietarios, lo que no implica la permanencia en el lugar de la persona que lleve a cabo esta tarea doméstica ni otras actividades como tomar el aire o el sol, reunirse con otros vecinos, celebrar algo o practicar deporte.
A diferencia de otras zonas de un edificio que sí están a la vista de otros residentes como un patio comunitario o un jardín, el uso de las cubiertas solo puede ser detectado por los propios vecinos del inmueble, que son quienes pueden advertir al presidente, administrador o las autoridades de esta utilización inadecuada.
No obstante, según han apuntado las fuentes policiales, en algunas ciudades se está haciendo uso incluso de un helicóptero que sobrevuela de forma periódica distintos barrios para comprobar si se registra algún tipo de reunión en estos espacios.
Tanto las Policías Locales, como el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil están acudiendo a comunidades de vecinos donde se alerta del uso inapropiado de espacios compartidos y se está identificando a sus responsables y efectuando las correspondientes propuestas de sanción.
El concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana de Granada, César Díaz, quien además es responsable de la Policía Local en esta capital andaluza, tiene constancia de que algunos vecinos intentan dar una particular interpretación a la norma, como si hubiera espacios excluidos de las obligaciones del decreto de confinamiento.
"Este virus no solamente se mueve por los espacios públicos, también lo hace en los privados, por eso los vecinos tienen que tener claro que hay que permanecer el menor tiempo posible en las zonas comunes y usarlas exclusivamente para acceder a sus viviendas", ha señalado a Efe el edil.
Díaz ha diferenciado, en cualquier caso, las azoteas comunitarias de otras terrazas o patios de uso privativo de algunos áticos o bajos, a los que sí pueden acceder los residentes de un piso, siempre que no haya nadie ajeno al mismo y que los ruidos se sometan a los límites que marca la ordenanza municipal.
El presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Granada, Antonio Lasso, ha explicado a Efe que, siguiendo las indicaciones de su consejo general y de las propias autoridades sanitarias, se ha comunicado a las comunidades de propietarios la prohibición de los usos para zonas comunes, limitado al acceso y salida de vecinos.
"Se da mucho la picaresca entre quienes aprovechan estos días para subir a la azotea, más allá del uso individual de los tendederos, y en algunas comunidades ya se ha planteado problemas", ha explicado Lasso, que recuerda que muchas cubiertas no son transitables y que a ellas solo se puede acceder para tareas de limpieza de superficies y sumideros, o la instalación de aparatos de aire acondicionado o placas solares.
En el caso de las azoteas, como para muchos otros realmente curiosos que está generando la insólita situación de confinamiento provocada por el coronavirus, sigue imperando la máxima latina "Ignorantia juris non excusat" (La ignorancia de las leyes no exime de su cumplimiento). Las normas son claras y rigen también para despistados o aquellos que intentan relativizar riesgos.