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PP: Políticos Profesionales

...No va a hacer otra cosa que trabajar en política o de ella, por lo que debe luchar contra el fin de cualquier etapa reservando otras puertas por si acaso

Publicado: 28/02/2022 ·
11:33
· Actualizado: 28/02/2022 · 11:33
  • Político Profesional. -
Autor

Cristóbal Domínguez Durán

Dedica la mayor parte del tiempo a la lectura, la escritura y la docencia. En ese orden. Luego hace otras cosas

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Hablaremos aquí de temas variopintos. Nuestro viaje no tiene un rumbo claro

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El miedo a la nada, poner el deseo en algo que al final acaba no correspondiéndote. Caer en la cuenta, en momentos de inevitable enfrentamiento con uno mismo, de que no eres la persona que proyectas, que ese personaje que te has montado no se lo cree casi nadie, pero hay que continuar, debes seguir con el papel. Sabes que eres un fantasma, pero proyectas poder y es lo que cuenta. Por este rasgo que intuyo en ellos me interesan tanto los políticos, su constante proyección de una imagen que es nube de vanidad que no lleva a nada. Los actores terminan la película y descansan, ellos no. Los políticos no dejan su papel nunca. Curiosa raza ésta. Sin embargo, de entre ellos me interesa sobre todo una especie: la de los políticos profesionales.

Debemos partir de que un político profesional es aquel que piensa, desde sus inicios, que todos sus réditos laborales vendrán a través de la política. Intentan no trabajar de nada que no sea de político

Debemos partir de que un político profesional es aquel que piensa, desde sus inicios, que todos sus réditos laborales vendrán a través de la política. Intentan no trabajar de nada que no sea de político. Eso no es fácil. Es más, muchas veces lo que hacen para conseguirlo no es legal. Sus orígenes pueden ser varios: militante intenso, juventudes del partido, enchufe de diverso tipo... Numerosos senderos que acaban dando en un puesto de la política local, Diputación o incluso, con suerte, en el equipo de un pez gordo. Todos estos puestos saben a gloria, bien lo saben, pero también son conscientes de que no duran toda la vida. Esto no supone problema para el político eventual, el que sabe que está en política de paso y que, luego, a otra cosa. El profesional no va a hacer otra cosa que trabajar en política o de ella, por lo que debe luchar contra el fin de cualquier etapa reservando otras puertas por si acaso. Además, existen otros peligros, porque el político profesional sabe que un antiguo tweet, una cámara de supermercado, un batacazo electoral o un desliz morboso pueden acabar con su carrera. Esta es la clave de todo: el posible fin y el posible vacío, la amenazante nada que se cierne sobre lo laboral y sobre su henchido ego. Por tanto, debe guardarse las espaldas, debe saber proyectarse para seguir trabajando si la política le da la espalda. ¿Cómo conseguir esto? Haciendo que la gente le deba favores. Así que el político profesional, mientras se dedica a la política, debe contentar a otros que le amparen llegado el momento del adiós. Sucios empresarios de diverso perfil necesitarán el favor del político profesional para alguna cosa y el político profesional se lo concederá por dinero, por ejemplo, y por si en algún momento necesita pedir que se lo devuelvan. El político profesional forma parte así de redes clientelares. Actividades mafiosas, vaya, pero normalizadas entre gran parte de ellos. El político profesional nace, prevarica, se reproduce, hace tráfico de influencias y muere. Si todo falla, además, a algunos les sale bien lo de formar otro partido y empezar de nuevo. Personajes que nacen y ya son políticos y que, para morir igual, deben ejercer una violencia, mediante su estatus, con la que mantenerse así toda su vida. A pesar de todo, en sus cabezas todo lo que hacen está justificado, porque qué sería de nosotros sin ellos.

Escuché un día a un político profesional vejeriego (que no tiene ya cargos en Vejer), con unas copas encima, decir que la gente no tenía ni idea, que menos mal que estaban ellos. Qué haríamos sin vosotros, políticos profesionales. Gracias.n

 

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