Disfrutar del camino hacia la aldea de El Rocío, en libertad, aunque sólo sea durante 48 horas, es el premio que han recibido este año los 16 reclusos de la prisión de Huelva, que han sido elegidos para participar en la XVI edición de una peregrinación a la que este año se le ha dado un marcado carácter solidario.
A las 7:30 horas, coincidiendo con el amanecer, la comitiva, ha partido desde la prisión onubense con la intención de recorrer, en dos días, los más de 60 kilómetros que los separan de la aldea almonteña en la que mañana vivirán uno de los momentos más emotivos de toda esta experiencia, el almuerzo en el que podrán encontrarse con sus familiares y disfrutar de ellos durante unas horas.
Este año esta iniciativa tiene un carácter especial, ya que es la primera peregrinación, en 16 años, que se realiza una vez constituida en el seno de la prisión la Asociación Rociera 'La Libertad', de la que seis internos forman parte de su junta de gobierno como directivos.
Precisamente de los 16 participantes -3 mujeres y 13 hombres- dos de ellos son repetidores por formar parte de dicha directiva, "se les ha querido reconocer su implicación y darles de nuevo la oportunidad de que disfruten de la experiencia para, de esta forma, que transmitan con mayor conocimiento de causa lo que en sí misma significa.
A los reclusos, según ha indicado a Efe uno de los organizadores, Pablo Sánchez, la oportunidad brindada les llena "de felicidad", por ello "se toman su participación en la peregrinación con mucha seriedad y motivación, porque para ellos es un privilegio".
Durante 48 horas dejan estas personas, que han de cumplir una serie de requisitos, entre ellos haber cumplido una cuarta parte de la condena, tener reconocido el segundo grado y buena conducta, cambian las instalaciones penitenciarias por el contacto con la naturaleza y con el mundo rociero, ya que durante el camino son varios los encuentros que protagonizan con hermandades filiales.
De esta forma, han realizado la primera parada en San Juan del Puerto (Huelva), donde han cantado al Simpecado de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de la localidad la 'Salve Rociera del Preso', una composición escrita por un interno y han disfrutado de un desayuno ofrecido por la Hermandad sanjuanera.
De allí, han partido hacia Moguer donde se han encontrado con el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Moguer, madrina de la asociación Rociera, en la plaza de la Iglesia, y tras un refrigerio, han vivido, según Sánchez, un momento muy emotivo al paso por la Asociación 'Abriendo Puertas', donde se les ha sumado uno de los chicos de esta asociación para acompañarlos hasta la ermita de Montemayor, donde esta fijada su próxima parada, antes de llegar a la zona de El Milanillo donde almorzarán.
A lo largo de todo el camino, no faltan los ingredientes fundamentales de cualquier peregrinación, cante, baile, rezos y convivencia, si bien esta difiere de una normal en el hecho de que estas personas "llevan vigilancia y están prohibido el consumo de alcohol" y, este año, además, en el marcado carácter solidario que han querido darle los organizadores.
Y es que las tradicionales ofrendas florales que se realizan durante el camino ante el Simpecado de la Hermandad de Moguer, a la Virgen de Montemayor en su Ermita y a la Virgen del Rocío, una vez en la aldea almonteña, se han sustituido por cestas alimentos no perecederos al objeto que puedan ser repartidos con un fin social.
Cinco horas después del inicio del camino éste continúa, el fin último, encontrarse con ella, con la Virgen del Rocío, la que, en definitiva, según reconoce Sánchez, es la que les da la oportunidad de vivir esta experiencia, de disfrutar de estas dos jornadas de convivencia, de 48 horas de libertad y encuentro con el mundo exterior para olvidar, permitiéndoles olvidar su rutina diaria.