No duele, no pica, no crea molestias, no mata... pero es una enfermedad demasiado visible que puede crear importantes complejos en los que la padecen. Hablamos del vitiligo, una patología autoinmune dermatológica (creada por el mismo cuerpo) que se manifiesta con parches blanquecinos en la piel y que, aunque sólo tenga un carácter estético, puede conllevar la aparición de complejos a la hora de vestir, relacionarse e incluso mantener relaciones de pareja y sexuales.
Para combatir esos complejos nació en 2010 ‘Vitiligo al desnudo’, un proyecto impulsado por Jesús María Romero Domínguez, un ciudadano sevillano que actualmente tiene 38 años y que padece esta enfermedad desde que tenía seis. Él fue viendo cómo esta manifestación cutánea cada vez la padecía más gente y se le encendió en la cabeza una bombilla con la que aportar un importante grano de arena a la hora de visibilizar la enfermedad y de hacer superar los complejos que conlleva. Y de ahí nació una serie de fotografías de alto componente artístico y de iniciativas culturales con los que se ayuda a conocer más del vitiligo y con los que, además, él ayuda a diferentes colectivos como Feder (Federación Andaluza de Enfermedades Raras) y las Salesianas de Sevilla de San Pablo, a los que ha donado a lo largo de estos años unos 2.000 euros para sus diferentes objetivos.
Como el propio Jesús Romero explica a Periódicos Gratuitos Viva, para el vitiligo, enfermedad que se estima que padece alrededor de un 2 % de la población mundial, “no hay tratamiento específico, no pica, no duele, no mata, pero sí que produce complejos como que mucha gente que la padece vaya con tapado incluso en verano”.
Para que se supere ese mal estado psicológico, que nace mucho en las edades tempranas de las bromas infantiles, los motes y los insultos a todo el que muestra algo diferente, a este bailarín de hip-hop y modelo de fotografía se le ocurrió que una buena fórmula para estar por encima de lo que dice la piel era fotografiarse desnudo, mostrar su piel sin filtros, con sus parches y sus señales, y lograr un doble objetivo: hacer visible el vitiligo y donar parte de los beneficios a entidades y organizaciones que necesitan de recursos.
“El estrés, la vergüenza o la depresión hacen que esta enfermedad se desarrolle”, explica Jesús Romero, quien hace ver su cuerpo desnudo, en ocasiones él solo, en ocasiones con otras modelos, para atacar el alto componente psicológico que acompaña a esta enfermedad, y para naturalizar un aspecto que si bien diferente tiene tantos matices de belleza como la propia naturaleza: “Quiero que los que tienen vitiligo vean que las manchas son naturales. La naturaleza está llena de animales despintados”