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Jaén

Otro aguacero para el Resucitado

La Semana Santa jienense terminó como comenzó, con la cofradía del Domingo de Resurrección dentro del templo

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  • Una costalera mira al Cristo -

No hubo lugar a dudas. Jaén terminó su Semana Santa como la empezó: con el Nazareno dentro de un templo que no pudo contener las lágrimas a pesar de que Jesús en el Misterio de su Gloriosa Resurrección y María Santísima de la Victoria, anunciaran la buena nueva, el tiempo de Gloria, la vida eterna del Hijo del Hombre. La Junta de Gobierno de la última cofradía que procesiona en la capital no tardó en comunicar la decisión de no salir ante el aguacero que desde la madrugada caía sobre las solitarias calles de Jaén. Pocas veces la ciudad vivió una Semana de Pasión tan aciaga. Pocas veces la Carrera y su Tribuna estuvieron tan huérfanas de penitentes, de fieles, de Pasión, en fin.
La Cofradía del Señor Resucitado y María Santísima de la Victoria custodió la alegría del la Resurrección de Cristo con el llanto sereno y resignado de sus 400 cofrades y la amargura, sobre todo, de las 60 costaleras que no pudieron alzar a un cielo mustio y marchito la gloria de la resurrección de Jesús. Cabizbajos, los representantes de todas las hermandades de Pasión y Gloria de la ciudad tampoco pudieron hacer estación de penitencia con el Resucitado. Se ponía fin así a una semana que ha dejado un amargo sabor de boca en todas las cofradías, a excepción de las del Jueves Santo, y que, al menos,permitió que Jaén saliera un año más a venerar a Nuestro Padre Jesús, ‘El Abuelo’, aunque hubiera de resguardarse a primera hora de la mañana y quedara su estación de penitencia incompleta sin el encierro.

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