Nunca pensé que mi vuelta a este rincón periodístico sería para hablar de un amigo. Pero la vida da tantas vueltas que a veces no sabemos si soñamos o la estamos viviendo realmente. En el Real Jaén los acontecimientos se han producido de manera sorprendente. La decisión del presidente, Rafael Teruel, de quitarse del medio de forma fulminante al que, al parecer, era su colaborador más directo, Juan Carlos Hidalgo, sorprendió a propios y extraños. Siete días antes, como pudimos comprobar en la Asamblea de la SAD, nadie esperaba que eso pudiera ocurrir. Pero ha sucedido.
La falta de confianza es el motivo por el que Hidalgo ha sido defenestrado de manera fulminante. Pero yo me pregunto, ¿esa confianza la ha perdido Teruel en los últimos días, o la cosa viene de atrás? Ahí está el ‘quid’ de la cuestión, máxime, y creo que el error lo cometió Teruel al esperar a comunicar su postura con el Consejo dispuesto para reunirse. ¿Por qué esperó Teruel a ese momento para airear su decisión y no actuó antes cuando Hidalgo estaba casi permanentemente en el club?
Creo que Teruel tenía estudiada a fondo la situación y el momento del ‘disparo’. Sí, porque ha sido un ‘disparo’ mortal a un hombre que siempre se ha entregado al Real Jaén en cuerpo y alma, con sus virtudes y defectos. Por el club ha perdido muchas cosas en la vida, entre ellas, amigos, dinero y mucho tiempo. Aunque de imprescindibles está el cementerio lleno, Hidalgo es un hombre necesario y válido para el Real Jaén. Cuando hace unos meses hablaba del ‘triunvirato del éxito’ en el club y el acierto de Teruel de elegir a Herrero, Aybar e Hidalgo para este proyecto, apuntaba de Juan Carlos Hidalgo, que “es un hombre curtido en estas lides; persona cercana a los jugadores a los que mima sin escatimar esfuerzo para que estén atendidos, incluso en los desplazamientos. Es el eslabón que une la directiva con la plantilla, aunque Hidalgo es uno más del grupo de profesionales...” En el vestuario han aparecido lágrimas, porque ‘a nuestro papi’ lo han echado, -dicen-, y lo que es grave por “falta de confianza” con el que manda. Me consta que el triunfo ante el Barça B los jugadores se lo han dedicado a Hidalgo que ha pasado uno de los peores fines de semana de su vida. Respetando la postura de Teruel, que para eso manda y elige a sus colaboradores, no está resultando fácil la decisión de nombrar al consejero que sea el eslabón entre directiva y jugadores. En el nuevo consejo, en el que hay gente muy válida, no veo a ninguno que pueda entrar en el vestuario con la seguridad de ser bien recibido, la solvencia, la cercanía y ‘la confianza’ con la que lo hacía ‘el papi’ Hidalgo. Tiempo al tiempo. Espero equivocarme.