La decisión de los tres concejales de Ciudadanos de abandonar su grupo (también planea sobre ellos la amenaza de expulsión del partido) y pedir su adscripción al grupo de concejales no adscritos ha destapado las lagunas normativas que hay en el Ayuntamiento de Jaén en este campo. El Consistorio carece de un reglamento orgánico para regular el funcionamiento de los grupos municipales, del que sí disponen muchos otros ayuntamientos. Eso hace, de entrada, que no  pueda hablarse de grupo mixto para los ediles disidentes, puesto que es necesario aprobar antes cuál es el número de miembros necesarios para conformar ese grupo. Así las cosas,   la única normativa a tener en cuenta es la Ley Reguladora de Bases de Régimen Local que, en su artículo 73.3 deja claro que los ediles que abandonen su grupo de procedencia “tendrán la consideración de miembros no adscritos”.  Y en ese mismo articulado se estipula que “los derechos económicos y políticos de los miembros no adscritos no podrán ser superiores a los que les hubiesen correspondido de permanecer en el grupo de procedencia”. Por tanto, los tres ediles no podrán aumentar este mandato su sueldo que, desde el  pasado día 28 (antes de anunciar su baja en el partido) ha pasado de una liberación del 66% a otra del 90%. Este precepto intenta evitar los casos de transfuguismo político que ayer el alcalde, Javier Márquez, dijo desconocer si se estaba produciendo en el Ayuntamiento de la capital.