Ha triunfado en el mundo de la música y sigue cosechando éxitos disfrutando de ésta sin ningún tipo de presión. Es guitarrista, cantante y productor musical, un jienense que defiende su ciudad, un músico incansable a la hora de emprender, que reivindica más importancia para las bandas y anima a devolverle a la capital festivales que llenen su aforo con las nuevas generaciones.
Kike Gutiérrez (Jaén, 1972) disfruta de cada proyecto musical como un viaje de ilusiones y desde hace dos años lo hace con ‘El Gran Oso Blanco’, una banda de rock que lo ha devuelto a la primera línea tras décadas de experiencia.
Sólo tenía 14 años cuando supo que quería tener una banda y dar conciertos. El salón de actos del IES Santa Catalina fue su primer escenario, en el año 1987, con la banda ‘Casa Blanca’, donde se inició en el rock, haciendo versiones. “Éramos cuatro jóvenes sin idea de nada”, recuerda.
Sólo sabía tocar Alberto Romero, hoy guitarrista de ‘Lola Nos Quiere’. Precisamente fue él quien le enseñó a tocar la guitarra. En esa banda empezó a cantar. “No sabía hacer otra cosa”, bromea. ‘El Gran Oso Blanco’ le ha devuelto al micrófono y este guitarrista es su vocalista. “Me cogieron como cantante y dije, trae el micrófono”, afirma entre risas.
Músico reconocido y querido, ha pasado por bandas como ‘Los Ambolias’, alcanzando el éxito con ‘Las Mierdas’, la banda con la que ganó el Lagarto Rock y fichó por una multinacional de Madrid. Fue con ésta última con quien conoció el triunfo, pero sólo duró tres años. “Giramos por Andalucía llenando las salas. Cuando fuimos a grabar el segundo disco, la discográfica nos despidió. Fue un palo muy grande. Cuando subes mucho y rápido, la caída es más grande”, reconoce.
Pero llegó el proyecto ‘Kurvaaxx’ de música electrónica; y bandas como Xkrude, de metal, con la que también cosechó grandes éxitos, girando por todo el país. “Todas las bandas me han dado experiencias positivas”, reconoce, pero ahora vive un momento dulce. “A veces es mejor ni subir ni bajar, sino quedarte disfrutando del viaje de la música. Cada proyecto es un viaje lleno de ilusión y me encuentro en un momento bueno”, afirma.
En el escenario derrocha energía y la mala leche que le inspira el rock. “Estoy disfrutando de la música sin ningún tipo de presión, sin querer triunfar porque ya lo hice. Para mi triunfar es hacer lo que hago con El Gran Oso Blanco, una banda en la que me siento entre hermanos”, espeta. Este viernes tocarán en Granada y el 12 de octubre, en el ‘Olivos Music Festival’, en el Auditorio de La Alameda.
Testigo de un movimiento de bandas en Jaén “increíble” a finales de los noventa, considera que aún lo hay, pero que el momento actual es “complicado” porque las nuevas generaciones se están perdiendo festivales como el Lagarto Rock y porque en los conciertos no se ve a gente joven. “El Lagarto fue muy importante para Jaén y los jóvenes se lo están perdiendo. Hay ciclos, pero desmejorados. A las bandas hay que darles la importancia que tienen. En Jaén hay un gran nivel, pero aún no nos lo creemos”, afirma.
Músico imparable, en junio creó la banda ‘Habitar la mar’, de noise rock, a través de Internet, con músicos de Jaén, Sevilla y Málaga. Ya tienen el EP ‘La deriva’, con cinco temas; y en breve grabarán un EP con seis temas. El 21 de diciembre tocarán en Kharma por primera vez.
“Si no tuviera el pellizco antes de un concierto, creo que no subiría al escenario. Tengo la necesidad de comunicar, de expresar lo que llevo dentro. Me encanta componer. Me da igual el instrumento porque me gustan más las canciones”, explica. Desde hace casi diez años tiene su estudio de grabación, Black Bunker Records. “Me encanta la producción musical. Es una forma de crecer en la música. Me gusta ser autosuficiente”, valora.
Como productor, se deja llevar. “Para mi, un músico es bueno cuando toca y me llega. No valoro tanto el virtuosismo, el Arte es otra cosa”, explica. Como compositor, en los discos ‘Deshielo’ y ‘Satanta’, con El Gran Oso Blanco, ha optado por una revolución interior a nivel personal. “Estoy harto de escuchar que Jaén es una mierda. Animo a hacer lo que a cada uno le guste, a lo que no animo es a no hacer nada y estar quejándose”, afirma.
Cuando compone piensa “ojalá le guste a la gente”, pero si no gustara, lo mantendría igualmente. “Escuchar al público tus letras, es un pelotazo”, confiesa.