En la tarde del día 10 de noviembre los agentes establecieron un dispositivo conjunto con la Guardería de la Finca La Almoraima (Castellar de la Frontera) en prevención de la caza furtiva.
Mientras se encontraban recorriendo la finca, escucharon varios disparos, realizando un despliegue por la zona, para localizar el lugar donde se había realizado la detonación.
En el recorrido hallaron en un tronco de un alcornoque un saco conteniendo un gamo despellejado y despiezado, realizándole una espera en las proximidades, ya que los cazadores una vez abaten a una pieza, la guardan en un lugar para continuar cazando.
Al caer la noche observaron a dos personas que recogían el saco y se disponían a salir de la finca, saltando una alambrada, momento en que observaron la presencia policial emprendiendo huida, logrando uno de los agentes arrebatarle el arma, una carabina del calibre 22 y el saco con la pieza de caza, logrando huir los infractores.
El arma utilizada carecía de documentación reglamentaria, quedando depositada en las dependencias policiales, siendo la carne donada a una institución para alimento de animales.