Para la supresión del paso a nivel se ha proyectado un paso inferior bajo el ferrocarril, con dos carriles de 3,50 metros de ancho cada uno, arcenes de un metro y una acera de dos metros en el lado derecho, que van dentro de un cajón de hormigón armado de 6,25 metros de gálibo vertical interior y 12 horizontal, que se ha construido en unos de los márgenes y que se hinca bajo la vía por empuje oleodinámico. Para facilitar el deslizamiento, se ha construido una solera provisional de unos 20 centímetros de espesor, con unos muretes laterales de 0,40 de altura para que sirvan de guías. Actualmente se está en este proceso.
El proyecto también incluye la iluminación para mejorar la seguridad del tráfico peatonal y el vallado de las instalaciones ferroviarias en 50 metros a cada lado del paso a nivel a suprimir, con un cerramiento rústico de 2,50 metros de altura.
El nuevo tramo de carretera conectará con la Cañada de los Tomates en una glorieta prevista en el plan parcial de Alamillos Oeste, y se proyecta en la intersección con la Avenida Aguamarina una glorieta por la que también se accederá a la calle Félix Rodríguez de la Fuente.
El teniente de alcalde delegado de Urbanismo, Gabriel Orihuela, ha visitado las obras acompañado de técnicos municipales para comprobar el avance de las mismas. Orihuela resaltó la singularidad de estas obras, con una técnica no utilizada nunca antes en esta zona. “No es fácil imaginar como puede moverse el enorme peso de un cajón de hormigón con unas dimensiones exteriores de 14 por 8 metros, y un hueco interior de 12 por 6,50 metros, con el rozamiento de suelo que lleva aparejado, más el esfuerzo que implica clavarse en la zona. Y se hace con unos gatos hidráulicos capaces de empujar esa gran masa a una velocidad en torno a los dos milímetros por segundo, y sin riesgos ni obstáculos para que continúe con normalidad el tránsito de trenes”, manifestó el delegado. Durante la visita pudo ver como se la daba un nuevo impulso al cajón, que avanzó en torno a un metro.