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Jerez

El Jerez rural está ya en estado de emergencia

Todas las administraciones trabajan coordinadas para tratar de aminorar los efectos del desbordamiento del Guadalete

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  • Un vecino de El Portalillo observa la crecida del río -

La “importante” subida del nivel del río Guadalete a su paso por el término municipal de Jerez y más concretamente a la altura del azud de El Portal aconsejó ayer al Ayuntamiento activar el Plan de Emergencia en su nivel 1, una medida que fue adoptada de la mano de la Junta de Andalucía y que tiene como principal objetivo ofrecer respuesta inmediata a cualquier eventualidad que pudiera surgir como consecuencia del desbordamiento del río.

De este modo empezaron a funcionar los servicios de seguridad y municipales que permanecían organizados y activados en estado de preemergencia en la zona rural cercana al río desde primera hora de la mañana de ayer. En concreto, en dicha zona permanecieron durante todo el día efectivos de Protección Civil, Bomberos, Guardia Civil, Policía Local y Policía Nacional, en unos trabajos coordinados desde la Delegación de Seguridad.

Aunque a mediodía se antojaba inevitable que a lo largo de la tarde se produjeran los primeros desalojos de viviendas, lo cierto es que pocas horas después la situación parecía algo más controlada, tal y como constató la delegada de Alcaldía de La Ina, Mónica Castellet, o algunos vecinos de la zona de Las Pachecas, que generalmente son los primeros en verse obligados a abandonar sus viviendas. Eso sí, en ningún caso se descartaba que a lo largo de la noche pudiera producirse alguna avenida que forzara la adopción de medidas de emergencia.

De hecho, la Delegación del Gobierno de la Junta aseguró que la gestión de los embalses estaba evitando hasta entonces el desbordamiento del Guadalete a pesar de que las lluvias registradas en el conjunto de la provincia estaban provocando que los niveles de agua embalsada siguieran incrementándose. 

 

En niveles máximos

Así, el embalse de Zahara se encontraba ya al máximo de su capacidad, mientras que los de Bornos y Arcos estaban al 92 y 90 por ciento, respectivamente, a primeras horas de la tarde.  Los Hurones, con 127,9 hectómetros cúbicos de agua almacenada se situaba en el 94,5 por ciento de su capacidad; y Guadalcacín, el embalse más grande de la provincia, tenía acumulados 685,59 hectómetros cúbicos, encontrándose al 85,6 por ciento.

Ayer desembalsaron agua los pantanos de Zahara, el conjunto de Arcos y Bornos, Los Hurones y Almodóvar. Desde la medianoche se registraron precipitaciones de 94 litros por metro cuadrado en Grazalema, una cantidad a la que hay que sumar los 115 litros por metro cuadrado recogidos el miércoles en la misma zona, cabecera de los embalses de Arcos y Bornos. Esta es, según la Junta, la razón por la que el embalse de Bornos estaba registrando ayer una gran entrada de agua, del orden de 290 hectómetros cúbicos por segundo.

Como medida de seguridad y para poder garantizar el resguardo adecuado dentro del embalse se estaban aliviando 100 metros cúbicos de agua por segundo. Esta operación, prevista en las normas de explotación de los pantanos, pretende mantener el nivel adecuado de los embalses y laminar las avenidas que se producen aguas arriba de los mismos.

De hecho, la Administración autonómica advirtió de que sin el filtro que efectúa el embalse de Bornos hubiera entrado directamente en el caudal del río Guadalete el triple de agua que se estaba desembalsando por metro cúbico por segundo, con lo que ello supondría para los núcleos de población situados en sus riberas. En cualquier caso, la tranquilidad no llegará a la zona rural hasta que no desaparezcan las lluvias.  

 

Los vecinos lamentan vivir una nueva pesadilla

El Portalillo, La Ina, Las Pachecas o La Greduela son sólo algunos de los núcleos rurales cuyos vecinos viven desde hace unos días en un estado de inquietud permanente ante la posibilidad de verse forzados a abandonar sus viviendas.

La delegada de Alcaldía de La Ina, Mónica Castellet, no ocultaba a media tarde de ayer su malestar ante el eterno problema de las riberas del Guadalete, así como con el “morbo” que a su juicio despierta en la opinión pública este caso.

De hecho, reivindicaba el derecho de los vecinos de estos núcleos a vivir donde siempre lo han hecho, recordando que desde el principio de los tiempos el hombre se asentó junto a los ríos.

Al mismo tiempo, lamentaba que las actuaciones llevadas a cabo por las administraciones públicas no hayan acabado con este problema, pidiendo incluso responsabilidades a los ingenieros que proyectaron determinadas obras de infraestructura que el tiempo ha demostrado vinieron a agravar el riesgo de inundabilidad de estos núcleos rurales, como es el caso de la A-382.

Mientras tanto, los delegados de Seguridad y Medio Rural, Javier Durá y Susana Sánchez, respectivamente, mantuvieron encuentros informativos con los delegados de Alcaldía de las zonas afectadas para tenerles al tanto de la situación.

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