En la tarde de ayer se celebró el tradicional festival benéfico Navidad con Amor, en el que se lidiaron reses de Santiago Domecq y La Palmosilla, de desigual juego y presentación, destacando los lidiados en tercer y cuarto lugar por su nobleza, bravura y casta, así como el novillo que le tocó en suerte a Rosales.
En cuanto a las incidencias, el festejo fue presidido por Andrés Cerrillo, quien fue asesorado taurinamente por Conrado GIl Belmonte. Sobre este último decir que una vez más no estuvo acertado, ya que mantuvo en el ruedo un toro totalmente descoordinado, perjudícándose seriamente la salud de la fiesta, ya que fue muy protestado el animal al derrumbarse. Después tuvo que ser levantado por el rabo por las cuadrillas .
La plaza registró un octavo de público en los tendidos, en una tarde inestable y fría. El jefe de corrales de las Palomas, Pedro Ojeda, fue homenajeado, recibiendo varios obsequios.Hubo malestar en los banderilleros profesionales de Algeciras y el Campo de Gibraltar, que se encontraban en los tendidos, porque tan sólo actuaron seis banderilleros, todos de fuera. Ellos creían que debían haber sido 14 los toreros de plata en intervenir.
El callejón estaba con más público que la Gran Vía en hora punta.El torero Juan Pedro Galán pasó a a enfermería tan ser empalado en el primero que toreó. Allí fue atendido de ciertos problemas con las costillas, volviendo para torear el octavo.
A José Cantero le ocurrió algo similar cuando toreó a su segundo -cuarto de la tarde-, teniendo problemas respiratorios y pasando a la enfermería. Después, no pudo salir a torear el tercer toro que había pagado. Se corrió el turno y lo toreó Berciano.
Los burladeros de Las Palomas siguen con el mismo problema de siempre, al carecer de la seguridad necesaria para la integridad física de los profesionales, ya que son montados con bastante frecuencia cuando derrotan los toros.
Julio Aparicio, quien por la mañana había tentado en una finca cercana, se encontraba en los tendidos de sol presenciando el festival en compañía de varios miembros de su cuadrilla. Al percatarse de los incidentes de los dos matadores citados, estuvo a punto de salir a torear los toros de ambos.
Balance
En lo que se refiere a José Cantero, obtuvo oreja en su primero y bendición y saludo en su segundo. Hay que destacar, un año más, la casta y honradez de Cantero, al colaborar este año comprando tres de los toros. Bastante tuvo con ponerse delante ante unos toros cuajados, con bravura. Había que estar en torero y muy bien físicamente.
Juan Pedro Galán obtuvo silencio en el primero y palma en el que cerró plaza. Fue despedido con muestras de cariño por el detalle que tuvo de salir a torear mermado de facultades.
Por su parte, José Manuel Berciano recibió en su primero una leve petición, y en el que mató por José Cantero fue silenciado en su labor.
En lo que se refiere a los novilleros, a Pedro Alberto El Gastoreño le fue concedida una oreja por el que toreó en quinto lugar, y cumplió con su cometido. Por su parte, Antonio Rosales, novillero de Leganés y apoderado por el matador de toros de La Línea Juan Carlos Landrove, fue el máximo triunfador de la tarde, y no por causalidad, sino porque de salida corrió bien las manos con el capote, y con la muleta, tras brindar la faena, le enjaretó buenas tandas con gusto, torería, valor y temple, sonando el pasodoble de Miguel Mateo Miguelín.Le fueron concedidas las dos orejas, que paseó triunfalmente por el albero.