El rey del vinagre, Antonio Páez Lobato, cuenta ya con 90 años. Jerezano de nacimiento es el tercero de siete hermanos t su vida ha estado ligada desde siempre al mundo de las bodegas y fue el impulsor de la elaboración y comercialización del vinagre de Jerez como un producto de exportación.
Su padre era propietario de un Despacho de Vinos llamado “Los Palitos” - en la calle Sevilla, donde él nació, concretamente en el número 39- uno de esos populares tabancos de Jerez, donde Antonio Páez, tras dejar la escuela a los 9 años de edad, comienza a trabajar para ayudar a su familia. Cuenta, dentro del rosario de anécdotas que jalonan su vida, que se subía a un cajón de madera para lavar los vasos porque no llegaba al fregadero.
Con 23 años contrajo matrimonio con Josefa Morilla Nuño, madre de sus nueve hijos y su fiel compañera hasta su fallecimiento en abril del año 2000, tras cincuenta y cuatro años de feliz matrimonio. Guadalupe, Pepe, Luisa, Mercedes, María Antonia, Antonio, Carmen, Esperanza y Yolanda son sus hijos que le han dado nietos y una unida y prolífica familia.
independiente
Al independizarse de su padre siguió en el negocio de los bares, primero como asalariado y más tarde como propietario. Su espíritu inquieto le llevó a trabajar, al mismo tiempo, como corredor de todo tipo de negocios relacionados con las bodegas, recorriéndose casi toda España en una Vespa ofreciendo partidas de vinos, barricas y otros productos bodegueros.
Muy temprano inició también su propio negocio de tonelería. Él mismo califica estos inicios de “especialmente duros” pues “el costo de la materia prima era de mucha envergadura”. Ello hizo que tuviese que conformarse a finales de los años 40 y principios de los 150, con servir pequeñas partidas de barricas a diversas firmas de la zona y de La Rioja.
Actualmente la tonelería cuenta con unas importantes instalaciones, con una cartera de clientes que incluye bodegas de renombrado prestigio en diversas regiones vitivinícolas españolas (Rioja, Ribera de Duero, Toro, Extremadura ...) así como importantes destilerías de whisky, principalmente de Irlanda y Escocia, USA, Japón o Portugal.
...y el vinagre
Ya en 1945 y con la gran visión de futuro que siempre le ha caracterizado, da inicio Antonio Páez a un negocio inédito hasta entonces y compra partidas de vinos avinagrados a las bodegas de Jerez, comenzando una solera con vistas a comercializar ese hasta entonces gran desconocido que era el Vinagre de Jerez.
En un principio la idea no llama la atención en el sector del jerez, pues se consideraba nuestro vinagre jerezano como uno más de los muchos vinagres españoles, pero Antonio Páez, convencido de la excepcional calidad de los vinagres que tiene debido a la calidad única de los caldos de que proceden, no cede en su empeño y, buen embajador donde los haya, pregona a los cuatro vientos las bondades del Vinagre de Jerez.
El trabajo de ese muchacho que, con sólo 22 años, tuvo la valentía de comercializar un producto hasta entonces poco valorado, inició un proceso que hoy ha situado al Vinagre de Jerez como un producto de excepcional calidad y apreciado en todo el mundo por todas las cocinas que se precien. Debido a ello, la mayoría de las bodegas jerezanas tienen en sus portafolios una línea de vinagre, la que se encuentra avalada por una Denominación de Origen y amparada por un Consejo Regulador. Razones por las cuales a Antonio Páez se le conoce cariñosamente en Jerez como “el Rey del Vinagre”, tal y como hemos expuesto al comienzo de estas líneas.
tierra blanca
En 1976 adquirió la viña La Vicaría en Arcos de la Frontera, fuera del distrito del marco Jerez-Xeres-Sherry, para poner en práctica la idea de experimentar con otros vinos para evitar la competencia con las grandes y establecidas firmas del jerez.
Como resultado, en 1981 lanzó al mercado un vino blanco de mesa al que llama “Tierra Blanca”, iniciando con ello de nuevo una experiencia pionera en nuestra provincia y que tuvo su continuación en la salida al mercado del vino tinto Viña Lucía, al que se puede calificar como el primer tinto andaluz de crianza embotellado.
Esta arriesgada decisión empresarial fue en un principio observada en Jerez con curiosidad y no poco escepticismo, pero el tiempo y el trabajo duro y bien hecho han puesto las cosas en su sitio y, hoy en día, casi todas las bodegas de la provincia han seguido por este camino. Una vez más Antonio Páez Lobato abrió una puerta distinta para la comercialización de los productos de nuestra zona,.
reconocimientos
La labor de Antonio Páez Lobato ha sido reconocida por todos los sectores y así ha sido elegido Rey Mago en las Cabalgatas de Arcos y de Jerez, ya que se encuentra también estrechamente vinculado a la población arcense; ha recibido el “Catavino de Oro”; fue nombrado, por los oyentes de la Ser, “Jerezanísimo” en 2001 y recibió un sentido homenaje y una mención honorífica “por toda una vida dedicada al vino” en la Feria Nacional del Vino FENAVIN en 2005, entre otros muchos reconocimientos.
Es Antonio Páez una persona de carácter abierto y extrovertido. Trabajador incansable - sigue yendo a diario a las bodegas ya sus distintos negocios a pesar de sus 90 años- derrocha simpatía y es afable y campechano. Sin género de dudas es gran relaciones públicas, ya que para él no existen los “desconocidos” sino “amigos por conocer”.
Su muy peculiar carácter, unido a su naturalidad y espontaneidad, le hacen inolvidable para todos los que le conocen y goza de una muy merecida popularidad. En la actualidad, rodeado de hijos y sus nietos, goza de las reuniones familiares, en las que se le mima y concede los honores y atenciones que ha sabido granjearse a lo largo de su dilatada vida de trabajador incansable y personalidad única.
Una tarta especial
El pasado 9 de febrero se le rindió homenaje familiar por sus 90 años a Antonio Páez Lobato. Sus hijos y sus nietos le hicieron un regalo único y original, ya que para el Rey del Vinagre su tarta tenía que recrear a una de sus botellas de vinagre, la más conocida en el mercado. Pero se le añadió un toque especial, las etiquetas. Las etiquetas imitaban a las originales, pero en ella había un mensaje de homenaje de todos sus nietos.
El montaje de la imagen la hizo Carmina, que es toda una profesional de lo digital y co-fundadora de La Rebotica de Ideas. Y para que fuera lo más realista posible se imprimió en papel fondant con tintas comestibles La experiencia fue estupenda porque en 24 horas ya estaba la impresión totalmente perfecta, sin cambios en el color.
Es la pequeña historia de la tarde del noventa cumpleaños de Antonio Páez, que constaba de tres pisos más la parte final. En total tenía unos 45 centímetros de altura.
Una idea genial para el cumpleaños de un hombre genial como es un Antonio Páez al que Jerez debe reconocer sus méritos y su empuje y que está ilusionado con su nueva apuesta empresarial, la línea de productos “Doña Pepa” compuesta por cinco salsas balsámicas destinadas como aderezo y potenciador del sabor en la cocina y el vino también llamado “Doña Pepa” recomendado también para uso culinario, como él mismo comenta en la entrevista personalizada que ofrecemos en estas mismas páginas