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Jerez

“Sólo he conocido tres casos de agresiones a abogados”

El decano de los letrados en Jerez habla de la “excepcionalidad” de estos episodios. Según Camacho, los índices de violencia a los que se dedican a este oficio son mínimos

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  • Rafael de Paula en el juicio -

El pasado 1 de noviembre tras casi 30 años de ejercicio el conocido abogado jerezano Manuel González Gamero se convertía en el foco de atención de medios locales y nacionales por un episodio en el que nunca hubiera imagino estar envuelto. Su cliente, nada más y nada menor que el torero jerezano Rafael de Paula, de 74 años, y a quien accedió a arreglarle unos papeles como “favor personal” por “ser quien era” de forma completamente gratuita, lo amenazaba al otro lado de la puerta de su despacho en el que se refugiaba, golpeándo la puerta que les separaba con un cuchillo y una azada.
El diestro, ya condenado, no ha entrado a explicar las causas que le llevaron a acometer este hecho del que está “arrepentido”, aunque, según apuntaron testigos del suceso, su malestar comenzó cuando González Gamero se negó a presentar una querella contra la duquesa de Alba y otras personalidades. Sea como fuere estos hechos han invertido los papeles y han obligado al letrado jerezano a convertirse en víctima de un intento de agresión y amenazas que afortunadamente no suele ser habitual en una profesión en la que, dependiendo de la especialización, los abogados se van a encontrar con situaciones más o menos complicadas. Obviamente el ámbito penal es el que más se presta, pero ello no quiere decir que cualquier otro asunto puede desatar la ira de un patrocinado y hacerle llegar a las manos de su letrado. Un comportamiento que es muy “excepcional”, como señala el decano del Colegio de Abogados de Jerez, Marcos Camacho, institución que desde el primer momento ha condenado los hechos y ha apoyado a su compañero.
Como asegura, en los cuatro años que lleva ostentando el decanato sólo ha conocido tres casos en los que colegas han sido agredidos por sus clientes. “No es lo normal, no suele ocurrir porque los letrados se limitan a cumplir sus funciones y los clientes saben cuál es su función independientemente de su situación personal”, señala. Sea como fuere, el matador jerezano, que ha evadido la cárcel al ser sido condenado al pago de una multa de 1.825 euros como autor de un delito de amenazas a su abogado --a razón de cinco euros diarios durante un año- que serán sustitutivos de la pena de seis meses de prisión por no tener antecedentes, ha aprendido la lección. “Hay que saber comportarse a pesar de las malas tardes”, dijo refiriéndose tanto a su “profesión” como a “cualquier otra”. “No debería haber usado un cuchillo y una pequeña zoleta para abrir la puerta”, dijo a los periodistas,más calmado que el día  que declaró en los juzgados.

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