La jornada posterior a unas elecciones suele ser utilizada por las formaciones políticas para analizar en profundidad sus resultados. En el caso de unos comicios generales el dictamen de las urnas puede ser utilizado a nivel local para pulsar el estado de opinión de la ciudad y extrapolar el resultado a unas elecciones municipales. Obviamente la extrapolación no es completamente fiable por cuanto en unos comicios locales suelen primar factores como el grado de conocimiento o popularidad de los candidatos a la gestión del Gobierno central.
Pero partiendo de esa base no debe dejarse de lado la utilidad de una suerte de sondeo en el que emitieron su voto 109.810 jerezanos. Si este domingo se hubieran celebrado unas elecciones municipales el PP habría ganado con el 33,47 por ciento de los votos, un resultado medio punto inferior al obtenido en la cita de mayo de 2015, obteniendo nueve concejales, frente a los once actuales.
El 26,92 por ciento alcanzado por el PSOE (24,20 en las municipales de 2015) le darían ocho concejales, uno más que el conseguido entonces. El 20 de diciembre, la diferencia entre las principales fuerzas políticas fue inferior, que se hubiera traducido en un empate a ocho ediles. Quizá lo más significativo es que en esta ocasión el PP se habría quedado a 194 votos del décimo concejal, que arrebataría precisamente al PSOE, que se quedaría con siete.
Y llegados a este punto, la diferencia fundamental estriba en que ese décimo concejal le permitiría gobernar en una hipotética coalición con Ciudadanos, que obtendría cuatro ediles, los mismos que el 20 de diciembre, con el 16,41 por ciento de los votos.
En este punto conviene adviertir de que la formación naranja cuenta actualmente con dos ediles, de modo que la extrapolación del resultado de las generales a unas municipales duplicaría su representación. Sin embargo, tampoco es menos cierto que la marca Ciudadanos tiene más tirón a nivel nacional que local, como se demuestra el hecho de que en las municipales obtuviera el apoyo del 8,88 por ciento del electorado y en las generales se sitúa en el entorno del 16 por ciento. Habría que ver por tanto a dónde iría ese porcentaje.
Ganemos -la marca local de Podemos- cosechó en las municipales el 16,23 por ciento de los votos, lo que se tradujo en cinco concejales. El 20 de diciembre la formación morada llegó al 20 por ciento, el equivalente a seis ediles. IU, con el 5,49 por ciento de los votos, se hubiera quedado entonces con un concejal, uno menos de los que tiene ahora. La suma entre Ganemos e IU debía haberse traducido por tanto en un total de siete escaños, siendo incluso posible pasar de ahí dado el efecto multiplicador de la legislación electoral.
Pero eso no ha ocurrido, ya que la confluencia ha pasado del 25,17 por ciento de los votos al 21,20, lo que en unas municipales se traduciría a una suma total de seis concejales, frente a los siete que suman actualmente y a los siete que hubieran obtenido por separado en diciembre.