Impotentes, cansados, enfadados, acostándose con el miedo en el cuerpo de que alguna noche haya un problema serio o porque un día algún encontronazo los ponga en el punto de mira en un ambiente que no quieren ni para ellos, ni para criar a sus hijos. Así llevan demasiado tiempo sintiéndose los vecinos de una calle de la urbanización Pozoalbero tras meses soportando las consecuencias de convivir con una casa de citas encubierta en una de las unifamiliares de esta zona residencial. El grado de desesperación es tal que si alguno pudiera mudarse hoy mismo, lo haría. Lo que les queda es tomar medidas para minimizar los efectos, y ya hay propietarios que han levantado su muro e insonorizado su vivienda para intentar aislarse de todo lo que implica contar con un inmueble donde presuntamente se practica la prostitución: conversaciones subidas de tono a cualquier hora del día y movimiento “continuo” de coches los siete días de la semana a cualquier hora.
Esto es sólo una parte más de una rutina que se complica especialmente los fines de semana a altas horas de la madrugada, cuando vienen los clientes más jóvenes y hay amigos que se quedan fuera esperando. Son más escandalosos que los más mayores que lo hacen a diario, normalmente “más discretos y más precavidos”.Las consecuencias las notan durante la misma noche, con gritos y risas, música alta, e incluso llamadas a sus telefonillos por error buscando dar con la casa de alterne, lo que ha hecho que más de un vecino haya optado por desconectarlos de noche.
Otras veces, al día siguiente se han encontrado con restos de la botellona y problemas de olor por culpa de los que han miccionado en la puerta o en sus inmediaciones. Nunca lo habían denunciado públicamente por miedo a represalias, pero desde enero a esta parte la situación se ha agravado, y la asociación de vecinos Palos Blancos, a cuya zona de influencia pertenece Pozoalbero, ha decidido tomar cartas en el asunto y llevarlo a la Mesa de Seguridad del Ayuntamiento después que los vecinos les hayan pedido ayuda. Ninguno de ellos quieren identificarse ante el temor de que lo paguen con ellos, pese a que ya han tenido que llamar a la Policía en alguna que otra ocasión.
El colectivo vecinal tiene claro que están ante un problema que tienen que atajar como sea, si bien el vacío legal que hay en este asunto de puertas para adentro hace que tropiecen con un muro de hormigón que quieren intentar demoler como sea. De hecho, no descartan ponerse con pancartas delante de la casa en concreto para denunciar esta actividad. “Allí no paran de entrar y salir coches, las risas, el cachondeo a plena noche, los vecinos no pueden incluso dormir, no saben qué hacer, por eso han acudido a nosotros, están desesperados. Algo se podrá hacer. Vamos a esperar a lo que nos dicen en la próxima Mesa de Seguridad, porque se comprometieron a ver el tema”, señala a este periódico José Grilo, presidente de la asociación de vecinos Palos Blancos, que planteó el problema en la última sesión de este órgano a través de la Federación Local de Asociaciones de Vecinos La Plazoleta.
La Policía está actuando
Este periódico ha podido saber que la Policía Local ya está actuando al respecto, y en un par de ocasiones ha entrado en la vivienda y ha pedido documentación a las chicas, todas muy jóvenes y en algunos casos de nacionalidad extranjera y españolas, aunque no de Jerez, mientras que también están pendientes de contactar con el propietario de la vivienda, que vive fuera de la ciudad y tiene alquilada su casa a una señora, para ponerle al tanto de la situación.
Precisamente el pasado sábado tuvieron que acudir ante la llamada de los vecinos. Desde entonces, la cosa está algo más tranquila a partir de las doce de la noche, pero los residentes saben que es cuestión de tiempo, y que cuando cojan confianza volverán a las andadas. Ahora lo que esperan es que todo acabe cuanto antes.
¿Y la ordenanza de la convivencia para cuándo?
La prostitución en España se encuentra en una situación de ‘alegalidad’: no es legal ni ilegal y si esta actividad se practica presuntamente en un domicilio particular, de puertas para adentro, mientras que no se produzcan altercados públicos, temas de drogas de por medio (que en este caso los vecinos no descartan), menores o trata de blancas, la Policía Local no puede actuar. Otra cosa es que la situación en el exterior sea insostenible por la movida que se derive de esta actividad, pues la Policía no puede intervenir por conversaciones subidas de tono en el patio de una vivienda. En Jerez, el Ayuntamiento tiene pendiente aprobar la ordenanza de la convivencia. Asimismo, la Ley de Propiedad Horizontal contempla estos supuestos y la figura de la “acción de cesación” por actividades molestas.