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“La provincia está amortiguando mejor la crisis que otras zonas”

Lorenzo Amor, presidente de ATA y vicepresidente de la CEOE, critica las falsas promesas económicas de los partidos y alerta de la elevada deuda pública

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  • Lorenzo Amor -

Alemania ya habla de crisis, ¿nos enfrentamos nosotros a una crisis ya en España o no se dice porque estamos en campaña?

—A mí me gusta contarle a la gente la verdad, y hacerles ver la situación en  la que estamos, sin ser alarmistas, porque no podemos serlo. Estamos en una circunstancia en la que la mayor parte de los países de nuestro entorno tiene una situación más delicada que la nuestra. Estamos a creciendo, no vamos a llegar al 2%, pero vamos a crecer, tal vez al 1,8%; no vamos a crear los 500.000 empleos de hace un año, pero sí 250.000, aunque es verdad que hay indicadores que llevan a encender las alarmas. Estos es como cuando nos avisan de la llegada del temporal, y nosotros ahora mismo tendríamos que estar en alerta amarilla. Pero tenemos un problema, que si bien otros países tienen un gobierno y un parlamento para tomar medidas, nosotros estamos con las manos atadas, por la irresponsabilidad de todos los dirigentes políticos, que nos han abocado a otras elecciones, y el problema que tenemos es que no podemos afrontar medidas ni reformas como ha hecho Alemania, Portugal o Italia. Esto hay que decirlo en un entorno global económico complicado. Tenemos una guerra comercial EEUU-China y EEUU-UE, tenemos un problema de un Brexit que, puro o pactado, va a generar problemas para las empresas españolas, y para muchos inversores, y tenemos un problema en Oriente Medio con los precios energéticos. Si a ello añadimos la incertidumbre política, el bloqueo y que no sabemos lo que va a pasar en un territorio de nuestro país que ha sido locomotora económica muchos años, como es Cataluña, la situación no es buena. Y eso se está viendo en los datos de crecimiento económico, de desaceleración del empleo, aunque el problema principal que tenemos es que no podemos recurrir a nadie que nos arregle la situación, porque un gobierno en funciones no puede tomar medidas estructurales. Las encuestas reflejan además que difícilmente se va a poder llegar a un acuerdo tras las elecciones, si es que los dos grandes partidos no son capaces de alcanzarlo, con lo que volveremos de nuevo a la irresponsabilidad y a arrastrar como lleva cuatro años con cuatro elecciones, y lo que necesita España es estabilidad, moderación y reformas. El gran problema de España no es el de otros países, el nuestro se llama deuda pública, que está ya disparada. Uno de los programas de uno de los partidos apuesta por disparar el gasto público y se queda uno asombrado. España en 2018 recaudó en impuestos más que en 2007, pero en 2018 hubo más gasto público que en 2007. Esto quiere decir que las administraciones no han aprendido de las crisis. La mayoría de las familias gastan menos en sus hogares ahora que en 2007, entre otras razones porque el nivel de crédito que se pide es mucho menor. Una de las cosas buenas que tenemos es que las empresas y las familias están ahora menos endeudadas. Mientras no se tenga en cuenta que hay que hacer una reforma de las pensiones de verdad, y contando a las personas la verdad, lo que pasa con las pensiones. Hace falta una reforma del sistema energético, de la administración. Pero lo que no se puede hacer es que unos vengan diciendo que no van a subir los impuestos, otros que va a haber rentas básicas, porque no se puede, no van a poder afrontarlo, al menos en los próximos 4 años.

 


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Tememos a una crisis, cuando todavía hay gente que no ha superado la anterior...

—Evidentemente, y además hay un problema. La crisis de 2008 se ha llevado por delante a gran parte de la clase media, ha creado una diferencia social muy importante entre el que tiene una situación acomodada y quien menos tiene. Esa desigualdad va a ser complicada si afrontamos una nueva crisis. La crisis que venga no será ni de financiación, ni de empleo, se creará menos empleo, pero no se destruirá tanto como entonces. Llegamos a tener cinco millones de parados, ahora hay tres, y no creo que se incremente.

Sí, pero también en lo que llevamos de año se ha incrementado en un 40% el número de EREs presentados por empresas

—A primeros de año ya dije que la economía no iba a crecer y que se iba a perder un 40% de la creación de empleo, y nos dijeron que éramos unos alarmistas y que no había indicadores, y sí, siempre hay un indicador. Nosotros hay un aspecto que te deja claro cuando la situación no va bien: la confianza del consumidor, la confianza de las empresas y los pedidos de la industria. Cuando caen los pedidos de la industria avisan que el consumo va a empezar a reducirse. Dos  terceras partes de nuestra economía dependen del consumo interno, ni el gasto público ni las exportaciones mueven nuestro PIB.

En la provincia no hemos llegado al número de empresas de antes de la crisis.

—Sí, pero tengo que decir una cosa, en estos momentos Andalucía y la provincia están amortiguando más la desaceleración que otras regiones de España. Se siguen creando empresas, aumentan las exportaciones, crecen los autónomos ocho veces que la media española, el 3,2% en la provincia. Hay indicadores diferentes, y es verdad que la industria turística y las empresas exportadoras de la provincia están teniendo un tirón importante. Hay dos territorios en España que están amortiguando mejor esa desaceleración, uno es Andalucía y otro la comunidad de Madrid.

¿Cómo se preparan las empresas de la provincia de Cádiz para una crisis?, ¿despidiendo?

—No creo que sea una crisis que afecte al empleo. Por una razón, en 2007 el 90% del tejido empresarial tenía una póliza de crédito, hoy el nivel de endeudamiento es mucho menor. En 2008 se suprimieron de la noche a la mañana un millón de pólizas de crédito y eso fue el primer síntoma de ahogo para toda la clase empresarial, y ahí vinieron EREs y cierres de empresa. Ahora los bancos dicen que quieren dar créditos pero que la gente no va, y no es que no vaya es que la gente ahora no quiere endeudarse.

Entramos en un trimestre complicado para el empleo, ¿cómo va a responder el mercado laboral en este periodo?

—Tendremos datos de crecimiento interanual pero el crecimiento del empleo no será como el de los tres últimos años. Habrá más empleo, pero no al nivel de los últimos años. El paro son personas registradas en las oficinas de empleo, para algunas personas puede parecer muy importante, pero para mí lo son más los datos de cotizantes a la Seguridad Social, que es el nivel de ocupados, y si el paro sube o baja depende de si te apuntas al INEM o no. A la EPA sí le doy importancia porque marca tendencias.

Las administraciones locales y autonómicas trabajan ya en los presupuestos del año próximo, ¿qué piden los autónomos y los empresarios?

—Primero que tengamos presupuesto en España, que están prorrogados desde 2018, y ejecutados por un gobierno que se opuso a ellos. Y es una mala noticia para toda la sociedad. La Junta está preparando los de 2020 y eso genera confianza en el tejido empresarial y en el inversor, porque los presupuestos son necesarios, es la hoja de ruta de un gobierno y de una sociedad.

¿Pero qué esperan, contención en el gasto, cuál es el modelo ahora?

—Contesto con ironía. Con los programas electorales en política económica con los que se presentaron los partidos a las autonómicas, en 2020 no podrán aplicarse ninguna de las medidas. Ni bajar impuestos, lo diga quien lo diga, ni incrementar el gasto público. Porque tenemos un problema que se llama la deuda. El 70% de la deuda española está en manos extranjeras.

Usted está habituado a departir con los representantes de esos partidos, ¿no les dice a la cara esto mismo para que lo tengan en cuenta?

—Pero si es que ellos lo saben. Entre otras cosas no ha podido haber gobierno progresista porque las medidas que ese gobierno progresista quería aplicar. Eso está claro. Estamos en un entorno común que se llama Europa, en el que revisan nuestros presupuestos y nos dicen una cosa u otra. Ojalá tuviésemos dinero para que todo el mundo tuviera una renta básica, pero es que no se puede, y hay que ayudar a las personas que lo necesiten, pero de forma generalizada es complicado.

Ha dicho que las familias y las empresas se endeudan menos, ¿los ayuntamientos también, pagan mejor?

—Por primera vez en seis años los ayuntamientos abandonan el superávit y empiezan a tener déficit. Y tenemos ayuntamientos que no sólo no han cambiado nada en morosidad, sino que han empeorado el periodo de pago. Entre los diez ayuntamientos que peor pagan en toda España están Jaén, Jerez, Algeciras, El Puerto, Vélez Málaga. También los hay entre los mejores pagadores, como Fuengirola. El de Cádiz se ha puesto ya por ejemplo por debajo de los sesenta días, que han hecho un gran esfuerzo.

A los emprendedores, ¿qué mensaje les da de cara al momento actual?

—El emprendedor y el autónomo que empieza no piensa si hay crisis o no. A los demás, que al igual que las familias ahorran, no es un momento de importantes inversiones, sino de aquello que pueda ir para adelante, porque hay retraimiento del consumo, y eso el primero que lo nota es el autónomo y después la industria, porque bajan los pedidos. Los autónomos ha crecido una cuarta parte de lo que creció que el año pasado. Ha habido menos altas y más bajas, a nivel de España.

Terminamos la entrevista sin que nos haya dejado apuntes muy positivos...

—Me quedo con algo positivo, la provincia de Cádiz está amortiguando mucho mejor la crisis, y estamos en Cádiz. Igual que hubo titulares negativos, ahora hay que decir que la provincia está mejor que otras ciudades del país en materia de empleo y de crecimiento económico.

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