Las sesiones de control al Gobierno en el Congreso tienen el circo asegurado. Estos miércoles de confinamiento que ya se acaban han dado para muchos momentos de decepción, porque, frente a tanta muerte por el coronavirus( 43.000), hemos tenido que asistir a la falta de oratoria elegante y respetuosa de sus señorías y también, y lo que es más importante que las formas, el fondo: a la falta de unidad.
A nada de que se levante el estado de alarma y muchos piensen que todo se ha acabado y que ya podemos hacer vida normal -nada más lejos de la realidad-, algunos líderes políticos no han cesado de pedir unidad, luchar juntos, juntos podemos, unidos lo haremos mejor. La unidad es una palabra que Sánchez ha utilizado mucho en las últimas horas, con fines diferentes, claro está, y que no deja de ser una total y absoluta falacia. Los molinos de los que hablaba Sánchez el domingo sólo existen en el Quijote . En este país ni existe unidad ni, por lo que ha demostrado, va a existir jamás. La pandemia ha dado a sus señorías una oportunidad histórica que han desaprovechado. Ni en las largas semanas para mantenernos confinados, que era lo único que podíamos hacer ante el virus, ha habido consenso.
Las fronteras se abren, el virus podrá volver a volar por todo el mundo si no existen los mínimos y necesarios controles. La pregunta es: ¿estamos preparados en El Prat y en Barajas para la nueva etapa?
El domingo se acaba el estado de alarma y nos podremos mover libremente y todo va a volver a la 'normalidad política'. Seguiremos tirándonos los trastos y montando semanalmente el circo mientras la vida fuera de las cámaras va a otro ritmo.
No podemos bajar la guardia, miremos a Pekín. Las fronteras se abren, el virus podrá volver a volar por el mundo si no existen todos los controles necesarios. ? ¿Controles de temperatura, higiene, desinfección de espacios, cero aglomeraciones, embarques manteniendo las distancias? Confiemos. Los rebrotes van a seguir, el virus sigue con nosotros como día a día y hora tras hora, nos repiten científicos de aquí y de allá.
El debate científico nada tiene que ver con el político, por mucho que muchos se afanen en contaminar e intoxicar. Me da igual si eres de izquierdas o de derechas, independentista o constitucionalista, si me salvas la vida, te aseguro que me da exactamente igual. Pero otros, el valor de la vida no lo tienen integrado aún. La hora del circo sigue servida porque con el verano que llega, ahora cuando acabe este eterno estado de alarma, no se habrá acabado la batalla.
Esperemos que nuestros políticos sepan estar a la altura para superar las secuelas de todo tipo que nos está dejando el virus. Charles Chaplin decía que “la vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos". Suerte a todos.
