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La tribuna de Viva Sevilla

Y ahora, ¿qué?

La respuesta del pueblo español en estas elecciones ha sido clara: se necesita otro tipo de política, otras actuaciones, menos recortes y un más de comprensión en las difíciles situaciones personales de un gran sector de la población, pero ¿quién será capaz de llevarlo a cabo?

Con ocasión de elecciones pasadas decíamos en estas mismas páginas que “… ¿Serán capaces los dos partidos hegemónicos de superar esta desafección de militancia? Si no lo son, podemos dar por enterrado el bipartidismo…” Pues bien, el momento ha llegado y parece que no han hecho los deberes.

¿Qué ha llevado a esta situación? En mi modesta opinión, la actitud altiva de las actuaciones del Gobierno, la mala pedagogía utilizada en la mayoría de sus medidas, las mentiras reiteradas de miembros del Gobierno como que no subía el recibo de la luz, que subían las pensiones ¡un 0,25%!, que bajaba el paro ¡con empleos míseros!... han sido un lastre demasiado pesado para la mochila de Rajoy. Y con respecto al PSOE, ¿qué oposición se ha hecho en esta legislatura? Blanda, sin ideas alternativas, aprovechando que las distintas mareas (roja, verde, blanca) que la sociedad ponía en marcha les hacían la oposición, y eso se lo han hecho pagar.


Llegados a este punto, la situación de Rajoy (tres millones y medio de votos y 63 escaños perdidos en una legislatura) y Sánchez (con 20 diputados menos y 1,5 millones de votos perdidos, con respecto a 2011, que se consideró, entonces, que era el suelo electoral del PSOE, y una gestión de la crisis del partido en Madrid horrorosa) es ciertamente inestable. Parece llegado el momento de que ambos den un paso atrás.


El gran vencedor ha sido Podemos, que ha conseguido aunar todas las frustraciones del pueblo, harto ya de políticas alejadas a su realidad cotidiana; y en menor medida Ciudadanos, aunque sus cuantiosos votos para un partido nuevo, cuarenta diputados, parecen empequeñecidos por las expectativas que había cosechado en las encuestas de la campaña.


Dejemos las múltiples opciones de mayoría que se pueden dar con el reparto actual, que harían este breve comentario complejo y farragoso, pero cada una de ellas parece imposible de conseguir, por antinatural o por complejo al aglutinar numerosas formaciones.


Pero si no se encuentran políticos capaces de encontrar la cuadratura del círculo estamos condenados a repetir el proceso electoral  dentro de unos meses. Y no parece que existan estos políticos en nuestro panorama actual. La sombra de una repetición de elecciones no beneficia a ningún partido, salvo a Podemos, al que según su líder le ha faltado una semana y un debate.


La respuesta del pueblo español en estas elecciones ha sido clara: se necesita otro tipo de política, otras actuaciones, menos recortes y un más de comprensión en las difíciles situaciones personales de un gran sector de la población, pero ¿quién será capaz de llevarlo a cabo? La composición de muchos municipios y autonomías ha dibujado un panorama de influencia en las actuaciones sin necesidad de formar parte del gobierno municipal o autonómico, permitiendo así la gobernabilidad en situación de minoría.


Ciertamente vivimos unas fechas en que, ayudadas por el clima navideño, se respira un cierto respiro en lo económico, pero no nos engañemos, aún no hemos salido de la crisis, la bolsa por los suelos, la prima de riesgo, aunque contenida, está subiendo, el 40% del capital de las empresas del Íbex está en manos extranjeras y la prensa internacional de ayer dibuja un panorama político ingobernable.

No olvidemos que el dinero es miedoso y huidizo y sin inversión no terminamos de salir del pozo. En estas circunstancias, la economía es fundamental para acometer las acciones que todos los partidos han prometido en campaña.  ¿De dónde va a salir el dinero para situar la educación, la sanidad, la dependencia, etc. en los estados en que estaban hace años, antes de los recortes?.


En estos momentos, el país necesita un Gobierno, aunque sea en minoría, basado en acuerdos previos claros y nítidos con otros grupos que cambien la deriva actual. ¿Ha llegado el momento de Soraya y Susana? ¿Le pedirá Rajoy a Sánchez lo que no quiso hacer Moreno Bonilla con Susana en Andalucía el pasado marzo?

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