Enero, mes de rebajas. Finalmente asistimos con alegría al momento en el que las tiendas cuelgan los carteles rojos en sus escaparates. Faldas, pantalones, corbatas, zapatos y toda suerte de artículos rebajan sus precios. Precios a los que nos han tentado (y casi convencido) durante toda la temporada, pero que sabia y pacientemente hemos conseguido resistirnos, esperando nuestro momento. Finalmente llega ese día. El precio baja y hacemos realidad nuestro deseo. Adquirimos los zapatos con un descuento tan importante... que nos llevamos el par de zapatos pagando sólo por el zapato derecho. Ejemplo de cómo actúa un consumidor inteligente. La paciencia paga.
Mes de enero en los mercados bursátiles. Comienza el año, la volatilidad aumenta, y llegan las rebajas... pero se produce el efecto contrario. En el mercado de acciones, cuando bajan los precios también baja la demanda, y cuando suben los precios sube la demanda ¿Es éste el comportamiento del inversor inteligente? En absoluto. Salvando las distancias entre los zapatos y las acciones. ¿Por qué a los inversores no les gusta comprar barato?
La mentalidad del inversor inteligente debe ser parecida a la del consumidor inteligente. Hay que saber bien qué es lo que queremos comprar, tenerlo identificado, estar seguros de que es lo que necesitamos, saber cuál es su valor (no su precio), tener paciencia y aprovechar las oportunidades para comprar barato. Debemos tener una lista de la compra bien definida, con compañías bien gestionadas y modelos de negocio estables, y aprovechar las rebajas para comprar, no para vender.
La dificultad añadida es que las rebajas en los mercados financieros no están programadas, más bien al contrario, sorprenden a los inversores. No sabemos ni cuándo llegan ni cuándo terminan, y más importante, cuánto se rebajaran los precios- son más pop-up sales. Estas rebajas se producen cuando la mayoría de los inversores quiere vender.
Las dudas sobre el crecimiento en China, la evolución del precio del petróleo, los riesgos políticos y la política monetaria generan la incertidumbre necesaria para provocar el desánimo en los inversores. La menor liquidez en los mercados financieros (herencia de la crisis de 2008) amplifica los movimientos, también en las caídas. Los inversores intentan evitar pérdidas. Pero salir corriendo cuando hay caídas puede no ser la mejor manera de preservar nuestro dinero. Más bien al contrario. Es la forma de materializar una pérdida y renunciar a una más que posible recuperación de nuestro patrimonio. ¿Espera el mercado que se produzcan más caídas? Eso parece. Pero personalmente, me preocupa más cuando el mercado no se preocupa de nada.
Los fundamentales de muchas compañías son buenos, los beneficios empresariales en Europa están al mismo nivel que antes de la crisis, incluso con un euro devaluado y un precio del petróleo cayendo, que aunque negativo para algunos sectores y países, es positivo en agregado para el crecimiento. Se puede construir una cartera diversificada, clave para preservar el capital, pagando unas 10 veces beneficios normalizados con buenas compañías.
Las rebajas de enero nos dan la oportunidad de construir un buen fondo de armario. Las rebajas en los mercados bursátiles nos dan la oportunidad de adquirir buenas compañías a precios atractivos e ir construyendo poco a poco una cartera que nos ayudará a preservar el capital a largo plazo y además un potencial de revalorización atractivo. Aproveche estas oportunidades para comprar y no para vender. Warren Buffet ya nos advirtió “sea valiente cuando otros son cobardes y sea cobarde cuando otros son valientes”. Sea un inversor inteligente. Bienvenido a las rebajas.
