No les voy a hablar de zonas verdes ni de recursos, sentencias o demoliciones; ni de buenos y malos; la realidad de la nueva Biblioteca que se abre a la Universidad y a la ciudad merece por sí sola nuestra atención.
Cuenta la Universidad de Sevilla con un tesoro bibliográfico que no tiene precio: más de 75000 volúmenes que datan de los siglos XVI a XIX, 1217 manuscritos, 332 incunables, así como donaciones y legados de personas vinculadas a la historia literaria, cultural y científica de nuestra ciudad, como Alejandro y Joaquín Guichot, Luis y Santiago Montoto, César Graña, Ramón Carande, Miguel Serrera y Juan de Mata Carriazo, a las que seguramente sumaremos pronto la del tristemente desaparecido y recordado Rafael de Cózar.
Cuando a finales del pasado año empezamos a trabajar en el pliego de condiciones para la contratación del traslado de los fondos desde la Fábrica de Tabacos a la nueva sede, sentimos una enorme inseguridad a la hora de cuantificar la cobertura mínima del seguro de responsabilidad civil que habríamos de exigir a la empresa adjudicataria. La ganadora de ese concurso, Ordax transporte arte & exposiciones, que por primera y única vez ha trabajado para la Universidad de Sevilla y a la que quiero aprovechar para agradecer su excelente labor en el traslado, acreditó la posesión de un seguro con una cobertura de 84 millones de euros. Mucho dinero que, sin embargo, no podría pagar semejante tesoro.
La necesidad de dignificar ese patrimonio es algo que estaba fuera de cualquier duda. Para ello trabajaron en el pasado nuestros rectores más recientes y a su conclusión definitiva hemos prestado nuestra máxima atención el Rector y su Equipo de Gobierno en este primer año de mandato. Me siento igualmente con la obligación moral de reconocer, agradecer y destacar públicamente la labor desarrollada por los compañeros de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla en estos años. Ellos, con su gran profesionalidad, han sido capaces de transformar la urgencia en paciente espera y han sabido sortear las dificultades de un espacio inapropiado y unas instalaciones insuficientes.
La nueva Biblioteca Universitaria Rector Antonio Machado y Núñez se ha construido entre los años 2013 y 2014 y su equipamiento se ha completado a finales de 2016. El edificio pondrá en contacto directo a los investigadores con el patrimonio bibliográfico en salas diáfanas y de trabajo en grupo, mejorará las condiciones del proyecto de digitalización y contará con un taller de restauración para preservar la conservación de nuestros volúmenes.
Queremos que su vestíbulo principal sea un espacio expositivo y una llamada permanente de la cultura a la sociedad, y a ambos lados de éste vamos a poder disfrutar de la lectura en un entorno privilegiado como es el de la mayor zona verde de Sevilla, el Parque de María Luisa, con dos salas que suman 368 puestos. Una Biblioteca así fue la que soñamos desde el principio los universitarios y, felizmente, podremos disfrutar tras largos años de espera.
Junto a éste, finalmente culminado, existen otros proyectos de infraestructuras que forman parte del programa de gobierno del Rector, planteados desde el rigor académico, la austeridad y la ejemplaridad en la gestión de los recursos. Uno de ellos es el Campus de Humanidades.
La Fábrica de Tabacos cuenta con un Plan Director, redactado en 2009, cuyo desarrollo apenas ha completado el 15%. Aprovechando el traslado de la Biblioteca a su nueva sede, se nos presenta una gran oportunidad para la puesta en marcha de un conjunto de actuaciones que permitirán, aun sin concluir la reforma integral del edificio, la creación del Campus con el traslado de la Facultad de Filosofía, la optimización de los espacios de las Facultades de Geografía e Historia y Filología y la construcción de una gran Biblioteca de Humanidades.
En ese y en los demás proyectos seguiremos poniendo todo nuestro empeño y el mayor de los esfuerzos.