El Málaga CF ya espera a Ceuta o Nàstic de Tarragona en la gran final del play-off por el ascenso a Segunda División. Los blanquiazules
lograron darle la vuelta, con un doblete de Roberto Fernández, a una eliminatoria que se puso cuesta arriba con el gol del Celta Fortuna.
El
cuadro de Martiricos salió en tromba, con ganas de demostrar delante de los 29.042 asistentes. Una buena jugada de Roberto nada más comenzar, con centro posterior de Puga, caldeaba el ambiente.
Los primeros minutos fueron de tanteo. Ninguno de los equipos
dominaba y las acciones ofensivas aparecían en cuentagotas. El miedo a cometer errores era latente, pero ya se comenzaba a vislumbrar a un Celta Fortuna valiente.
El Málaga, por su parte, se encomendaba a los centros laterales, como uno que cazó en el área
Roberto, aunque no logró darle la dirección deseada. Sin embargo, el jarro de agua fría llegó alcanzado el minuto 17.
Alfon, uno de los goleadores de la ida,
pilló desprevenida a la zaga malaguista. Aprovechó para internarse en el área y batir a
Alfonso Herrero con un tiro entre las piernas.
La hinchada se vino arriba pese al revés, conscientes de que su equipo les necesitaba,
aunque no sirvió para mucho. A partir de aquí, todo el peligro lo llevó el conjunto gallego.
David Ferreiro lo intentó con un tímido disparo dentro del área que atajó sin demasiadas dificultades
Ruly. Mientras, la zaga formada por
Nelson Monte y Juande era un coladero. Cada balón largo se convertía en una película de terror. Eso, y algún que otro control fácil errado, sirvieron para que el equipo se llevase alguna que otra pitada.
El descanso llegó con más dudas que certezas, lo que no evitó que la
grada recibiese a los suyos con una sonora ovación tras el paso por vestuarios. La empresa era complicada y había que arrimar el hombro.
Su equipo respondió con minutos de calidad. Kevin Medina, recién entrado por Ferreiro, y Dani Lorenzo, lo intentaban con dos buenos tiros desde larga distancia.
Cambios que surten efecto
Las
entradas de Einar Galilea y Kevin fueron un
acierto redondo por parte de Pellicer. Revolucionaron el partido. El del Llano de la Trinidad era un incordio constante, mientras que el 'káiser' vasco mostró una seguridad que no se había visto en los primeros 45'.
La presión en ataque comenzó a notarse y fruto de ello llegó el empate. Javi Rueda intentó despejar, aunque un jugador malaguista atajó el balonazo. Terminó en los pies de
Roberto, que
no falló. 1-1 y delirio en las gradas de La Rosaleda.
El equipo era claramente otro. Se lo había vuelto a creer.
Kevin Medina seguía siendo un incordio por la banda izquierda, mientras que Einar Galilea
confirmaba su colosal partido cortando todo lo que le pillaba a su paso.
Roberto de mi vida
Sé que es el titular de la crónica, pero resulta necesario remarcarlo. Cuando todo parecía avocado a jugar la prórroga, el de Puente Genil
volvió a erigirse en el más listo de la clase. Aprovechó una gran jugada de Kevin y, tras varios rechaces, logró cazar el balón para
mandarlo al fondo de la red.
Los seis minutos de tiempo añadido se volvieron eternos, aunque el resultado ya no se escaparía. Penúltimo escalón superado. El Málaga está a
una sola eliminatoria de regresar a Segunda División.