La crisis les golpeó de lleno a estos dos compañeros de trabajo y actuales socios, Moisés Rodríguez y Antonio Cepas, quienes se vieron en la calle tras la desaparición de la empresa en la que trabajaban. Pero para ellos los problemas se transforman en un revulsivo para la consecución de su sueño. De una nave pequeña en el polígono Guadalhorce, donde plantaron el germen de este gran proyecto empresarial, han dado el salto a unas imponentes instalaciones en El Viso, desde donde surten a importantes clientes de nuestro país.
Ikono Soluciones es una empresa especializada en la fabricación y montaje de todo tipo de elementos y estructuras publicitarias, para lo que utilizan un sistema de impresión puntera con tecnología látex de HP. Son varias sus líneas de negocio (La Botica Creativa, Quick agente de seguros, Dicón e Indica) pero sentían que este círculo perfecto debería completarse con el arte y la cultura. Esta idea de mecenazgo pronto pasó de la mente a ocupar unos 700 metros cuadrados de superficie en sus instalaciones en el polígono El Viso.
Ikono Instituto Investigación Cultural es un proyecto totalmente novedoso en Málaga, por el que esta empresa apoya con firmeza el trabajo de los creadores y cede de forma totalmente gratuita unos espacios para la producción de obra a artistas, colectivos, asociaciones y otras iniciativas creativas que necesiten un lugar para desarrollar su trabajo.
Cuatro artistas, José Manuel González, José Luis Puche, Juan Manuel Rodríguez y Enrike Gharés, ya forman parte de esta mezcla de excelencia entre arte y empresa. Sus inquietudes estéticas han transformado estas instalaciones en un laboratorio, donde la materia prima está a merced de las ideas, la creatividad, el diseño y la producción artística.
Unas imágenes del malagueño Pablo Picasso en pleno proceso creativo de uno de sus temas predilectos, el toro, dan la bienvenida a este vivero cultural de vanguardia, donde los artistas disponen de diversos espacios abiertos e independientes, salón de actos y una zona polivalente en los que podrán encontrarse en todas las disciplinas del terreno de la cultura. “Queremos que la cultura también esté presente en los centros empresariales de la capital, como son los polígonos. Por eso, nuestra implicación con el sector cultural y queremos ayudar a estos creadores con lo que más demandan, un espacio para trabajar en el que puedan producir sus proyectos. Pensamos que esta interacción es fructífera”, explican estos mecenas de la cultura.
En estos momentos se está fraguando el nuevo punto de encuentro con artistas y profesionales vinculados con el sector cultural y prevén inaugurar en los próximos meses Instituto Investigación Cultural. Pero esta incubadora de arte urbano ya está dando sus primeros pasos con estos cuatro autores prolijos.
La obra del pintor malagueño Juan Manuel Rodríguez juega con el misterio, la ocultación, el engaño, la ilusión y la magia e imprime un carácter críptico a sus figuras humanas. Este juego de ambigüedades y del uso de metáforas le llevan a afrontar una “pintura honesta” y mostrar su forma de interpretar el mundo. “Me interesa mucho hablar de pintura desde la propia pintura a través de un trabajo muy artesano y que prime la excelencia”, apunta el artista, que ha expuesto su obra por media España y está en pleno proceso de creación de su próximo montaje, que exhibirá en el Museo Joaquín Peinado de Ronda.
José Luis Puche es otro de estos artistas privilegiados. El malagueño, que se ha convertido en el único español ganador de los prestigiosos premios internacionales Emerging Artist Award 2016, se siente como pez en el agua en estas nuevas instalaciones, que le permiten crear sus originales dibujos sobre papel con carbón graso y lápiz. Ahora está a pleno de rendimiento para culminar las dos exposiciones en Dúbai, la de la bruselense Galería Tag y un nuevo proyecto que llevará a Dubrovnik (Croacia), así como en nuevas experimentaciones conceptuales, como la idea del espejo roto para “profundizar en la androginia y la bipolaridad de la imagen”.
El estudio del extremeño José Manuel González es el laboratorio de un científico. Cifras matemáticas, programación informática, la electrónica, la aleatoriedad, la simetría, el diseño, la geometría y la artesanía conforman el universo tecnológico de este profesor de dibujo que se devanea en crear peculiares caleidoscopios, versátiles e inteligentes como su mente.