Los bomberos de Málaga mantienen el pulso al Ayuntamiento de Málaga y este martes cumplen 13 días de encierro. Una medida de protesta tras la ruptura de la paz social que ha reinado los dos últimos años con la que exigen el cese del jefe del servicio y la mejora de sus condiciones laborales, y que les llevará, según decidieron ayer en asamblea, a realizar una manifestación el jueves 26 de enero, coincidiendo con el pleno municipal. “El 95% de la plantilla, 283 de los 306 integrantes del cuerpo han firmado a favor de su destitución, por falta de confianza y un servicio nefasto estos últimos años”, recordó Andrés Millán, secretario de comunicación del Sindicato Andaluz de Bomberos en Málaga.
Entre su lista de reivindicaciones, establecer un calendario de negociación sobre la organización del servicio, la elaboración de un reglamento de bomberos consensuado -el actual es de 1959-, la regularización de la jornada laboral con el resto de trabajadores municipales y un calendario de reclasificación del colectivo, equiparable al resto de cuerpos de bomberos de Andalucía, según la Ley de Emergencias.
El conflicto, que arrancó en noviembre con la colocación de banderas piratas en cuatro de los parques de bomberos de la ciudad, tiene pocos visos de acercamiento, después de que el equipo de Gobierno popular se niegue a la requerida destitución ofreciendo crear una mesa de trabaja para escuchar sus quejas. Una pugna en la que los efectivos han sacado a relucir el estado de los parques de bomberos, especialmente el de Martiricos, el más antiguo de Málaga, o a falta de un grupo de rescate acuático.
La lucha también se traslada a las redes sociales donde bajo el hashtag #100motivosRCBM quieren hacer llegar a la ciudadanía la situación del servicio. Este viernes está prevista una reunión con la Jefatura del Cuerpo en la que abordarán el calendario de los turnos asignados para este año.