Un jurado popular tiene previsto juzgar desde este lunes en Málaga a un hombre que disparó a otro desde una moto en 2015
Un hombre se enfrenta a una petición fiscal de once años de prisión por un crimen ocurrido en 2015 cuando presuntamente disparó a quemarropa hasta en siete ocasiones a un conocido que estaba estacionado en el Camino de Campanales de la localidad malagueña de Mijas.
La víctima, un ciudadano colombiano de 35 años, falleció en el acto por "destrucción de nervios vitales", ya que recibió varios impactos de bala en la cara y en la cabeza, según el escrito acusatorio, al que ha tenido acceso Efe.
El juicio está previsto que comience mañana en la Audiencia Provincial de Málaga por el procedimiento de Ley de Jurado y en el banquillo de los acusados estará sentado también un "íntimo amigo" del primer encausado por encubrimiento.
El crimen fue cometido sobre las 19.25 horas del 17 de septiembre de 2015 cuando la víctima estaba sentada en el interior de su vehículo hablando por teléfono, con el coche arrancado y la ventanilla del conductor bajada.
Según el relato acusatorio, se aproximó una motocicleta que conducía una persona que no ha sido identificada y el procesado, que iba en posición de copiloto, disparó con un arma corta de calibre 9 milímetros Parabellum a la víctima hasta en siete ocasiones.
El arma que fue utilizada en el crimen no ha sido hallada y no consta que el acusado tenga licencia de armas o guía de pertenencia que le habilite a su posesión, por lo que el fiscal considera que además del delito asesinato ha incurrido en tenencia ilícita de armas.
Tres meses más tarde, el acusado se presentó voluntariamente en dependencias de la Guardia Civil de Fuengirola (Málaga) y reconoció el crimen, por lo que el fiscal estima el atenuante de confesión y drogadicción, ya que tenía seriamente afectadas sus facultades intelectivas y volitivas debido a su grave adicción a las drogas.
Por su parte, el otro acusado, íntimo amigo del primero, tras conocer que había acabado con la vida de la víctima le acompañó a una tienda de Fuengirola para vender la moto y le indicó al comprador que si iba la Guardia Civil preguntando le dijera que ellos no habían estado allí.
Además, con intención de ocultar la titularidad de la motocicleta y aprovechando que tras adquirirla no se había efectuado todavía la transferencia de titularidad, el segundo acusado solicitó que la transferencia se hiciera directamente del anterior titular para que no hubiera constancia del nombre de su amigo.
Debido a ello, el fiscal pide que este segundo procesado sea condenado a dos años de prisión por un delito de encubrimiento y que los herederos de la víctima sean indemnizados con 90.000 euros.