Es un libro para conocer cosas, detalles de Málaga, de la gente, de las costumbres, de cómo se vive y las oportunidades de las zonas rurales.
¿Cómo se decide a entrar en el ensayo?
–Porque aúna dos de mis pasiones, me gusta mucho investigar, me gusta mucho escribir y además en este caso, tiene como un diario de viajes, que recoge mi pasión por viajar.
Pero es también un viaje literario
–En el libro hablo de datos y proyectos, porque es un ensayo, y analizo la situación, y después de analizarla, llego a las conclusiones, tras hacer un viaje por 21 pueblos, los que a priori he querido abordar, porque tengo una segunda parte que serán los de menos de 10.000 habitantes, pero no podía poner más de la mitad de la provincia en un solo volumen, por eso escojo 21 que son los que pierden dos dígitos de población, a partir de un diez por ciento, o pierden a partir del 2010 de forma ininterrumpida. Son por eso los 21 que analizo de una forma ya más literaria en ese viaje, la primera parte es el análisis de los 103, y al final llego a unas conclusiones y a una batería de acciones que me he permitido sugerir tras el estudio sobre el tema.
¿Con cuál se queda de esos 21?
–Hay muchísimos, que cuando estás haciendo una foto desde una ermita, o desde ese cementerio, con esa paz, con ese sosiego, con esa calidad de vida, que el tiempo se olvida y no hay ruido, piensas que te quedarías a vivir allí toda la vida. Hay casonas del siglo XVIII o XIX abandonadas que si pudiera… las compraría todas para hacer una ruta por ese patrimonio arquitectónico malagueño.
Y en los pueblos hay singularidades en fechas como estas, como la Navidad. De Navidad queremos hablar también, de qué significado tiene para usted.
–Para mí la Navidad, como soy poco imaginativa en este caso, es familiar, para mí significa familia, encuentro, celebración; cuando era pequeña era poner el árbol, y cuando mis hijos eran pequeños también, pero te vas haciendo mayor y piensas ya de otra manera, piensas que ojalá el año que viene estemos todos. Pero es un motivo de alegría y de encuentro, yo vivo la Navidad con alegría, con sosiego, con tranquilidad y sí, me gusta.
Pero, no sé si le gustaba más la de antes, si recuerda mucho la de su infancia…
–Me gustan las cosas más tranquilas. Sé que el centro de Málaga está maravilloso, precioso y me gustaría ver las luces, pero un poco más tranquila, porque lo poco gusta, y lo mucho un poco cansa, o aturde, aunque entiendo que Málaga está de moda y si esa inversión sirve para que venga más dinero a la capital, pues bienvenida sea. Es todo una cuestión de repercusión.
En el caso de la Navidad de Málaga, ¿qué es lo que más le gusta de ella?
–No sé qué decirte, porque es que me gusta todo, me gusta el bullicio… he trabajado mucho en el mundo de la empresa y la Navidad era como agua de mayo para los comerciantes locales; ese ambiente que teníamos todos los comerciantes locales, que nos reuníamos todos, “¿qué tal te va la Navidad?”, lo recuerdo con mucha añoranza, ahora hay muchas más franquicias y los comerciantes locales no ocupan tanto sitio porque los alquileres están muy caros, pero Málaga está muy bonita, hay que decirlo, la Alameda está magnífica. Hice hace unos días unas fotos que colgué en las redes y me decían, “¿pero eso es Málaga?”. Creo que Málaga tiene un patrimonio que debe conservar, porque lo nuevo esta en todos sitios, hay que conservar el pasado. Invertir en pasado es invertir en futuro, eso está clarísimo, el viajero va a visitar el pasado.
En los pueblos, en cada pueblo, la Navidad es singular.
–Muy singular, y las fiestas son totalmente diferentes. Pienso en los mantecados, el patrimonio inmaterial que tiene cada pueblo en cuanto a gastronomía, mezcla de la árabe y de la cristiana es tremendo, hacen unos dulces maravillosos. Son muy entrañables como celebran las uvas en las plazas de los pueblos y la iglesia toca las campanadas, se conocen todos… un pueblo es mucho más humano
Por cierto, algún regalo que le hayan hecho en Navidades que recuerde especialmente…
–Los libros me hacen mucha ilusión, y los viajes también, me regalaron una vez uno de El Corte Inglés fantástico, que lo pasé genial..., porque me gustan mucho los viajes y los libros.
¿Por qué viajes y libros?
–Yo creo que eso es avanzar, aprender, disfrutar y me encantaría, ya que hablamos de libros, que El Corte Inglés abra también más la mano a los escritores malagueños, que hablamos de Málaga, porque es un escaparate fantástico para vender libros, allí entro Miramar, y se vendió en seguida.
Pues para terminar, volvemos a los pueblos de Málaga, ¿tienen futuro?
–Muchísimo, yo creo que ahora lo rural está de moda, sencillamente creo que estamos de enhorabuena; durante años, toda la ruralidad ha sido abandonada y mal vista, todo el mundo quería salir de su pueblo, emigrar hacia lugares más grandes…, ahora, la ruralidad está de moda, gracias a Dios; hay muchas meditaciones, una corriente de volver a la tierra, al ecologismo, a las raíces, a la realidad, y yo creo que muchos urbanitas no vivimos en el campo porque no podemos, no porque no queramos. Si en el campo hubiera más trabajo, un entramado económico mejor, serían muchos los que se marcharían a vivir allí por muchas razones.