La costa de Málaga, al igual que otras áreas costeras de Andalucía, se ha
familiarizado con la presencia del alga asiática (
Rugulopteryx okamurae), cuya abundancia resulta molesta y
perjudicial para la biodiversidad local, además de generar costos significativos para su recolección y eliminación.
Según declaró el profesor de Botánica de la Universidad de Málaga Jesús Rosas a Viva Málaga, la imagen actual revela que
esta especie invasora ya forma un cinturón continuo a lo largo de la costa malagueña.
Identificada inicialmente en Europa en Marsella, esta alga se ha extendido desde Huelva hasta Almería y más al norte hacia Alicante, y también se encuentra en Marruecos, Argelia, Madeira y Sicilia. Actualmente, los esfuerzos se centran en
retirarla de las playas, aunque no existe un plan de erradicación debido a su complejidad.
Se está investigando
cómo controlar su expansión, ya que, como señaló Rosas, es crucial
evitar su propagación en nuevas áreas. Hasta ahora, se han realizado intentos de erradicación con productos químicos en áreas muy específicas y de baja biodiversidad.
Las algas no solo son una
molestia para los visitantes de las playas y pueden afectar el
turismo, sino que también, debido a su
capacidad de reproducción, pueden ocasionar la sombra de otras especies de plantas marinas, impidiendo su supervivencia. Así, “no dejan que se establezcan y crezcan las algas locales” y, por ende, “se
reduce la biodiversidad”.
Además, como confirmó Rosas, estas algas crean nuevos ecosistemas que
impactan en el desarrollo de especies autóctonas como la posidonia oceánica, que ya está en peligro y cuyas praderas marinas están en declive en la costa de Málaga,
alterando también la fauna marina.
El problema con el alga asiática radica en su alta
eficiencia reproductiva, que incluye reproducción sexual, asexual y vegetativa, permitiéndole
multiplicarse de múltiples maneras según sea necesario.
El monitoreo anual en el Estrecho de Gibraltar ha demostrado que
las altas temperaturas favorecen su reproducción vegetativa y el aumento de esporas, por lo que, según Ecologistas en Acción, “en la perspectiva de
Cambio Climático que vivimos, el alga se incrementará en nuestras costas si no se interviene urgentemente”.
La investigación es crucial para
evitar su expansión y entender por qué en ciertas áreas, que abarcan de 200 a 500 metros, el alga no se detecta, permitiendo así identificar las características distintivas de esos lugares para combatir la alga en otros sitios.
Un ejemplo del coste de combatirlas
Los ayuntamientos de la Costa del Sol han retirado
más de 4.200 toneladas de alga asiática solo durante abril y principios de mayo, con el objetivo de usar este residuo en el abono de jardines.
De acuerdo con la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol, que ha gestionado estos residuos en su complejo ambiental,
Marbella ha sido la localidad más afectada, con más de 1.600 toneladas recogidas. Le siguen Estepona, con 1.218 toneladas; Casares, con 663 toneladas; Mijas, con 479 toneladas; y Manilva, con 178 toneladas.
Cada municipio ha establecido
puntos de depósito para las algas en sus áreas y luego se transporta el material para su tratamiento al Complejo Ambiental Costa del Sol, lo que ha requerido
251 transportes.
El presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, Manuel Cardeña, anunció a principios de abril que la entidad reduciría a la mitad el coste que los municipios deben pagar por cada tonelada depositada en el complejo ambiental, de 85,93 a 42,94 euros.
El plan actual es "
tratar de forma conjunta los residuos orgánicos recogidos selectivamente, la poda y las algas para obtener un compost de calidad, que se cederá a los ayuntamientos mancomunados", que podrán usarlo para "el abono de zonas verdes y jardines de los municipios, alcanzando así la plena circularidad de este residuo".