Las autoridades locales celebraron la víspera una ceremonia religiosa previa a la apertura oficial de la guardería
Casi tres meses después del asesinato de una veintena de niños en una guardería del noreste de Tailandia, durante una matanza perpetrada por un expolicía que estremeció a todo el país, el centro educativo reabrió este miércoles sus puertas, aunque en otro edificio.
Las autoridades locales celebraron la víspera una ceremonia religiosa previa a la apertura oficial de la guardería, si bien esta se ha mudado a un complejo escolar a unos tres kilómetros de distancia del lugar del suceso, confirmó a EFE un representante del centro infantil.
Durante el evento, monjes budistas realizaron una serie de oraciones y ofrendas por el alma de los niños, de entre 2 y 5 años, y una profesora embarazada que perdieron la vida el pasado 6 de octubre dentro de la guardería .
Ese día, alrededor del mediodía, Panya Kamrab, de 34 años y expulsado de la Policía por posesión de drogas, acudió a la guardería de la localidad de Uthai Sawan, cuando muchos de los niños dormían la siesta, y mató con una pistola y un cuchillo a una veintena de ellos.
Tras la matanza en el centro infantil el autor siguió disparando, atropelló a varias personas y se dirigió a su casa, donde asesinó a su mujer e hijo antes de suicidarse.
Al brutal suceso sobrevivieron una niña de 3 años escondida bajo una manta en la guardería y otro niño que se ha recuperado de las heridas tras ser acuchillado en la cabeza por Panya en la calle.
Inicialmente, las autoridades indicaron que el autor podía estar bajo los efectos de las drogas, pero luego la autopsia reveló que no tenía restos en su organismo y, por tanto, no había consumido estupefacientes en las 72 horas precedentes.
La Policía no ha especificado bien la localización de las víctimas mortales, excepto que la mayoría de los niños fueron asesinados en la guardería, y que se saldó con 37 muertos, entre ellos 24 niños y el autor de la masacre.
De acuerdo con el documento oficial, 22 niños habrían sido asesinados dentro de la guardería, mientras que otro murió cerca del centro infantil y el hijo del atacante en la vivienda de este.
Los tiroteos en Tailandia son raros, pero en 2020 un soldado mató a 29 personas e hirió a otras 58 personas en una masacre que abarcó varios lugares, incluido un campamento militar y un gran centro comercial en la provincia nororiental de Nakhon Ratchasima.
La matanza perpetrada en Uthai Sawan es una de las más graves registradas en un centro escolar en el mundo, al margen de conflictos armados o ataques terroristas.