El candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC), Luis Guillermo Solís, se ha convertido este domingo en el presidente electo de Costa Rica tras imponerse en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, según los resultados facilitados por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) correspondientes al 94 por ciento del recuento.
En base a los mismos, Solís se ha hecho con el 77,88 por ciento de las papeletas, mientras que su rival, el candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), Johnny Araya, ha logrado el 22,12 por ciento de los votos.
Por otra parte la abstención ha sido del 43,16 por ciento, muy por encima del 38 por ciento registrado en la primera vuelta, según los datos publicados por el TSE en su página web.
El vencedor, que ha comparecido en la plaza Roosevelt frente a miles de sus seguidores para celebrar su victoria, ha afirmado que los resultados "representan un enorme compromiso" para él.
Por su parte, Araya ha reconocido su derrota y ha felicitado al presidente electo por su victoria, según ha informado el diario costarricense 'La Nación'.
"Tengo que empezar diciendo que yo soy creyente y que siempre dije que ponía todo este proceso y las cosas que sucedieran en las manos de Dios de la boca para adentro y por eso recibo estos resultados con serenidad, con mi conciencia tranquila, recibo estos resultados con madurez", ha dicho.
"Con humildad reconocemos esta voluntad clara y contundente del pueblo de Costa Rica, se confirma una vez más una regla no escrita en la política costarricense que ha impedido que ningún partido político gane más de tres veces seguidas", ha agregado.
"No quiero de ninguna manera que nuestro partido cometa el error que han cometido otros partidos de oposición, que el primer día que comienza el gobierno es ver como hacen fracasar el gobierno, no queremos actuar así. Queremos actuar con responsabilidad, el fracaso del Gobierno sería el fracaso del país", ha remachado Araya.
El pasado 5 de marzo, Araya anunció en una rueda de prensa su retirada de las elecciones presidenciales al comprobar "la existencia de una voluntad inclinada, cada vez más, por un relevo del partido de Gobierno".
Tras ello, el TSE explicó que las elecciones presidenciales debían celebrarse porque la Constitución costarricense impide la retirada de los candidatos de cara a la segunda vuelta.