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La UE, en la encrucijada de sus intereses y la urgencia de firmeza ante Rusia

Los países de la UE analizarán el próximo martes una propuesta legislativa de la Comisión Europea para sancionar a Rusia por su comportamiento en la crisis ucraniana

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La Unión Europea (UE) se enfrenta al rompecabezas de aplicar posibles sanciones económicas a Rusia ante el empeoramiento de la crisis ucraniana y la presión de la opinión pública de dar una respuesta contundente tras la tragedia del vuelo MH17, lo que repercutiría negativamente en sus propios intereses.

Los países de la UE analizarán el próximo martes una propuesta legislativa de la Comisión Europea para sancionar a Rusia por su comportamiento en la crisis ucraniana, una opción que se ha precipitado a raíz del supuesto derribo del avión de Malaysian Airlines con 298 personas a bordo en la zona del este ucraniano controlada por separatistas prorrusos.

Aunque los Estados miembros han insistido en que si toman más medidas contra Moscú es más que nada para responder a su permisividad al paso de armamento al este de Ucrania a través de su frontera, muchos ministros reconocieron esta misma semana en Bruselas que el desastre del avión, cuyas víctimas son mayoritariamente europeas, ha supuesto "un antes y un después".

Reunidos el pasado martes, los ministros acordaron estudiar sanciones en áreas como el acceso a los mercados de capitales, la defensa, los bienes de doble uso civil y militar o la transferencia de tecnología sensible, en especial la relacionada con la energía, si Moscú no coopera plenamente con la recuperación de los cuerpos y la investigación internacional abierta, entre otros requisitos.

En cambio, la situación de los países europeos es "compleja" debido a los "intereses divergentes" sobre Rusia, de índole económica, política o cultural, así como por las diferentes opiniones sobre la eficacia o las implicaciones de nuevas sanciones, explica el centro de estudios Open Europe.

Las opiniones varían de los países bálticos o Polonia, con fuertes vínculos económicos con Rusia, pero con una actitud más dura probablemente debido a la experiencia histórica, a otros como Bulgaria y algunos mediterráneos, que permanecen más tibios.

Francia tampoco se muestra proclive a imponer un embargo de armas a Rusia cuando tiene pendiente la entrega a ese país de dos fragatas tipo Mistral -un contrato valorado en torno a 1.200 millones de euros-, mientras que Italia es el segundo mayor exportador europeo hacia Rusia tras Alemania en muchos sectores económicos.

La cuestión del suministro del gas, teniendo en cuenta que la mitad del que consume Europa llega desde Rusia a través de Ucrania, permanece igualmente de telón de fondo.

Según el profesor de Energía Global Michael Bradshaw, de la Warwick Business School, dado que los almacenes de gas están altos en verano la amenaza de que Rusia pudiera en revancha a las sanciones alterar el abastecimiento no parece significante, aunque a largo plazo sí que podría afectar al suministro y los precios este invierno, de forma que "todo el mundo perdería en ese punto muerto".

También puso de relieve que el Reino Unido tiene capacidades modestas de almacenamiento y que depende del mercado europeo del gas para disponer de suministros adicionales.

"Los países tienen que explicar a sus ciudadanos que este tipo de sanciones a Rusia afectarán al PIB europeo", dijeron fuentes diplomáticas.

Por el momento, las sanciones que la UE está aplicando a las 87 personas y 20 entidades rusas y prorrusas, a las que ha congelado sus bienes y prohibido el visado, han tenido ya una repercusión en la economía rusa, como ha reconocido el propio presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.

El temor al fantasma de la recesión de la economía rusa y la amenaza de que más restricciones entren en vigor puede hacer que no sea necesario pasar a unas sanciones económicas más contundentes, según fuentes consultadas.

Sin embargo, el jefe de Investigación Económica de Open Europe, Raoul Ruparel, dijo a Efe que esas medidas concretas tienen un "impacto limitado" en Moscú dado que, aunque se centren en el entorno de Putin, muchos de los listados "es poco probable que tengan activos significativos en occidente" y, además, "tienen tiempo para prepararse" y reaccionar.

Si finalmente los países se deciden a dar el paso de las sanciones económicas, señaló que "tendrían algún impacto en Rusia" pero que estarían centradas "principalmente en unas pocas instituciones financieras en manos del Estado".

El experto indicó que llegar a un acuerdo claro sobre esas medidas será "duro" para la UE dada la "enorme divergencia de posiciones", al tiempo que señaló que "no hay una idea clara de lo que se quiere lograr con esas sanciones a largo plazo", si castigar a Putin o incitarle a que vuelva a la mesa de negociación.

Mientras, Rusia sigue preocupada por la expansión de la UE y la OTAN hacia sus fronteras y el potencial cerco a sus fronteras por parte de Occidente.

"Hace algún tiempo que está claro que (el presidente) Vladímir Putin está muy interesado en promover un nacionalismo ruso renovado y reconstruir el imperio ruso de alguna manera", dijo Ruparel.

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