Wu Rongrong, la feminista más veterana de las cinco que fueron encarceladas en China en marzo y cuyo arresto provocó una fuerte protesta internacional y local, ha decidido presentar una demanda contra la Policía china por los interrogatorios que ha sufrido tras su liberación.
Wu fue liberada el pasado 13 de abril junto a las otras cuatro apresadas (Wei Tingting, Wang Man, Zhen Churan y Li Tingting) tras 37 días en un centro de detención, pero ha seguido sufriendo la persecución de las autoridades, confirmaron hoy desde la ONG local Yireping, para quien trabajaban algunas de las arrestadas.
La feminista, que tuvo que ser hospitalizada durante su periodo en la cárcel después de que le negaran el acceso a medicamentos para la enfermedad crónica de hígado que sufre, fue llamada por la Policía la semana pasada y sufrió interrogatorios de más de ocho horas.
"Fui víctima de graves abusos e insultos personales, que casi me provocaron un colapso mental", cuenta la propia Wu en un comunicado publicado por la ONG.
Según la feminista, los policías no le hicieron ninguna pregunta relacionada con su caso, sino sobre la organización con la que había trabajado antes -la propia Yireping- y sobre personas que habían dejado de colaborar con ésta.
Familiares y amigos de Wu revelaron desde el anonimato que la policía había amenazado a la activista con represalias a su hijo, de 4 años.
Hace pocos días, volvieron a solicitarle que acudiera a la comisaría, pero Wu rechazó ir al no identificarse los agentes que supuestamente le llamaron.
"Sólo aceptaré cuando (el interrogatorio) sea conducido de una manera adecuada", señaló Wu, quien también consideró que los policías que lo lleven a cabo deben haber tenido formación y valores "morales básicos".
La feminista fue más allá y ha decidido emprender acciones legales contra el cuerpo de seguridad "en base a las graves violaciones de la ley y la moral cometidas durante los interrogatorios".
El caso de Wu pone en evidencia la falta de libertad de las cinco mujeres, que sufren aún hoy múltiples restricciones y continúan siendo sospechosas, por lo que pueden volver a ser encarceladas en "cualquier momento", según alertaron sus abogados a Efe cuando les dejaron salir del centro de detención.
Las cinco feministas fueron arrestadas poco antes de que fueran a llevar a cabo un acto de concienciación en el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, con el reparto de pegatinas contra el acoso sexual en el transporte público.
Su caso provocó una fuerte campaña de protesta internacional y local y finalmente fueron liberadas al cumplirse el plazo legal en China para que la Fiscalía tuviera que acusarlas formalmente o liberarlas, 37 días.
