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Marine Le Pen consigue sentarse en la mesa de presidentes de la Eurocámara

Con el nombre "Europa de las Naciones y la Libertades" (ENF, en sus siglas en inglés), el grupo tendrá 36 miembros, de los que 23 proceden del propio Frente Nacional

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  • Marine Le Pen -

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha conseguido tras un año de negociaciones con otras formaciones de corte euroescéptico y xenófobo formar su propio grupo parlamentario en la Eurocámara, lo que le permitirá contar con mayor infraestructura y sentarse en la conferencia de presidentes.

Con el nombre "Europa de las Naciones y la Libertades" (ENF, en sus siglas en inglés), el grupo tendrá 36 miembros, de los que 23 proceden del propio Frente Nacional.

Se han sumado los eurodiputados del xenófobo PVV holandés, que lidera el islamófobo Geert Wilder; los del flamenco Vlaams Belang; los italianos de ultra derecha de la Liga Norte; los del partido de la libertad PFO austríaco, y los del KNP polaco.

Le Pen ya contaba con la mayoría de esos aliados desde hace un año, cuando en plena resaca electoral tanto ella como el euroescéptico británico Nigel Farage empezaron la carrera por aunar a los eurofóbos, una batalla en la que venció el líder de UKIP, que todavía preside el heterodoxo grupo de "Europa por la Libertad y la Democracia Directa".

En junio de 2014, Le Pen no consiguió el apoyo que necesitaba de un séptimo país para cumplir con las normas de formación de grupo propio en el Parlamento Europeo (PE) al no fructificar su acercamiento al partido Ley y Orden de Lituania.

Un año más tarde, Le Pen ha conseguido su añorada séptima pieza y además arrebatada de las filas de su máximo rival, Farage, al acoger a la eurodiputada de UKIP Janice Atkinson, contra quien el eurodiputado británico ha iniciado una campaña de desprestigio en los tabloides de su país por presunta manipulación de facturas en restaurantes.

Atkinson, que asegura que Le Pen es la política con más "coraje" que conoce y su gran inspiración femenina solo superada por la antigua primera ministra Margaret Tatcher, ha justificado su cambio de bando con que sus ideas se acercan más a las de Le Pen que a las de otros socios de Farage en su grupo, en el que también está, entre otros, el movimiento 5 Estrellas del italiano Beppe Grillo.

Pese a la eurofobia que comparten Farage y Le Pen, formar parte del mismo grupo fue descartado tras conocer el resultado de las elecciones al PE celebradas el 25 de mayo de 2014 y en las que se eligieron a los 751 eurodiputados del hemiciclo europeo.

Los británicos alegaron cierto antisemitismo en la formación ultraderechista francesa, pero lo cierto es que ninguno de los dos hubiera cedido la visibilidad de la presidencia al otro, cuando se tratara de lanzar mensajes en contra de Bruselas a los medios de sus respectivas capitales.

Si ambos hubieran sumado fuerzas ahora tendrían un grupo parlamentario con 81 miembros, lo que les convertiría en la tercera fuerza de la Eurocámara.

La creación de grupo propio dará mayor visibilidad a los eurodiputados de Le Pen, al igual que infraestructura y fondos comunitarios, pero sin embargo al contar con tan solo 36 miembros, sus capacidad para influir en las políticas parlamentarias será mínima.

"La creación del grupo por Marine Le Pen no tendrá a la hora de la verdad consecuencias relevantes ni para el trabajo parlamentario del día a día, ni tampoco de cara al resultado de las votaciones más trascendentales, dado que siguen teniendo los mismos votos que antes y que el grado de cohesión interna de este tipo de grupos suele ser muy bajo", dijo a Efe el portavoz del PE, Jaume Duch.

En el terreno financiero, recibirán de las arcas de la institución más fondos para crear su propia infraestructura y contratar a personal horizontal.

Solo por formar parte de grupo propio cada uno de los 36 eurodiputados recibirá 30.405 euros al año, lo que supone un total de 1,09 millones de euros.

Se espera que la Eurocámara vigile de cerca la utilización de los fondos después que el propio presidente del PE, Martin Schulz, denunciara el pasado marzo a la oficina antifraude europea (Olaf) el presunto mal uso de fondos de la institución que la política francesa habría hecho con la contratación de personal de su grupo.

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