La organización Human Rights Watch (HRW) alertó hoy de que el desalojo efectuado en el campamento de Calais (norte de Francia), donde malvivían miles de inmigrantes, dejó sin reubicar a al menos un centenar de niños sin compañía y a cientos de adultos.
"Es absolutamente inaceptable dejar atrás a gente en Calais que necesita protección", lamentó el director de HRW en Francia, Bénédicte Jeannerod, quien criticó a las autoridades de este país por la "prisa" con la que llevaron a cabo el desalojo del campo, que comenzó el lunes y se dio por finalizado ayer.
Según HRW, al menos 100 niños sin compañía pasaron esta última noche en lo que queda del poblado chabolista, después de que se cerrasen oficialmente el 26 de octubre las oficinas de registro para reubicar en centros de acogida de Francia a los inmigrantes que lo deseasen y que, durante la operación, fueron reabiertas.
El Gobierno francés anunció ayer que 1.200 menores solos fueron registrados y que otros 235 pudieron ir legalmente al Reino Unido para reunirse con sus familiares.
La ONG rebatió ese cifra y afirmó que, de acuerdo con personal sobre el terreno, había hasta 1.600 menores sin compañía, al menos 200 más que los registrados por las autoridades y a los que se ha logrado dar una solución.
El Gobierno francés comunicó ayer que, desde el lunes pasado, se evacuó a 5.596 inmigrantes del campamento de Calais -el 85 % de su población estimada- en una operación considerada un éxito por las autoridades.
No se registraron graves incidentes en la operación, a pesar de algunos focos de incendio que fueron controlados.
En los tres días de la evacuación, las autoridades lograron encaminar a centros de orientación a unos 2.300 inmigrantes el primero, en torno a 2.000 el segundo y a aproximadamente 1.300 de ayer, entre adultos, niños y mujeres.
Sin embargo, al ser algo voluntario, se desconoce el número de inmigrantes que declinaron registrarse para ser reubicados y quedarse en Calais para cruzar clandestinamente al Reino Unido.
Los inmigrantes y demandantes de asilo de Calais proceden en su mayoría de Sudán, Afganistán y Eritrea.