La organización terrorista Estado Islámico ha asumido la responsabilidad del ataque perpetrado ayer por un hombre de origen somalí armado con un cuchillo contra dos militares en el bulevar Emile Jacqmain de Bruselas, la capital de Bélgica.
"El ejecutor del apuñalamiento es un soldado de Estado Islámico que emprendió esta operación en respuesta a nuestra llamada a atacar a los países que forman parte de la coalición (internacional)", ha hecho saber el grupo a través de un comunicado colgado en su "agencia" de noticias Amaq y recogido por el grupo de vigilancia yihadista Site.
El agresor falleció por los disparos de uno de los dos militares a los que intentó atacar, y que resultaron heridos leves con cortes en la cara y en la mano, respectivamente.
Fiscalía: "legítima defensa"
La Fiscalía belga justificó hoy los disparos que terminaron con la vida del asaltante que atacó con arma blanca a un grupo de militares en la noche del viernes por la "legítima defensa".
El ministerio público investiga el acto de "tentativa de asesinato terrorista" del individuo que al grito de "Alá es grande" hirió con un cuchillo a dos militares.
Los efectivos del Ejército repelieron al atacante con varios disparos, que hirieron al hombre de gravedad.
Aunque fue trasladado con heridas graves a un hospital cercano, falleció a los pocos minutos.
Además del cuchillo con el que perpetró la agresión repelida, el atacante, un joven belga de origen somalí de 30 años, llevaba encima un arma de fuego falsa y dos ejemplares del Corán, según comunicó la Fiscalía horas después.
Tras el suceso, en pleno centro de Bruselas y un viernes de noche, el joven fue trasladado gravemente herido al hospital, donde murió poco después. Mientras, dos agentes se recuperan de las heridas.
La policía ha registrado durante esta madrugada la casa del atacante, con domicilio en Brujas (norte del país).
Según la Fiscalía belga, el atacante llegó a Bélgica en 2004 y había obtenido la nacionalidad del país en 2015.
En el momento de atacar a los militares, el joven gritó "Alá es grande".
El hombre no tenía antecedentes por terrorismo, aunque sí por una agresión en el mes de febrero.
La policía desplegó un amplio perímetro de seguridad en torno al lugar de los hechos, en un bulevar del centro de la capital, y poco después informó de que la situación estaba "bajo control".
Aunque en un primer momento se tomó como un "hecho aislado" por las autoridades, la Fiscalía belga investiga el asunto como "acto terrorista", concretamente como "tentativa de asesinato terrorista".
El centro de crisis belga informó poco después de los hechos de que la alerta se mantenía, como en los últimos meses, en el nivel 3, que significa "amenaza seria".
Desde los atentados del 22 de marzo de 2016 en Bruselas, parejas y grupos de militares armados pasean por toda la ciudad para repeler eventuales ataques, especialmente cerca de atracciones turísticas y de las instituciones comunitarias que tienen sede en la capital belga.
Fue otro de estos militares quien abatió el pasado mes de junio a un hombre que intentó perpetrar otro ataque en la estación central de Bruselas, a unos metros de la icónica Grande Place.
Tras este incidente, uno de los principales sindicatos policiales, CGSP, ha vuelto a abrir el debate sobre la conveniencia de que patrullen la ciudad militares no entrenados para labores más propias de la policía federal.